El Gobierno de Nicaragua que preside Daniel Ortega y la oposición continúan este viernes en Managua (capital) el diálogo por la paz, cuya mediación de la Conferencia Episcopal busca cesar la violencia desatada desde mediados de abril por sectores opositores.
En el país centroamericano se registran protestas violentas, en principio, por el rechazo a una reforma al seguro social que Ortega revocó inmediatamente. Sin embargo, las manifestaciones vandálicas no han cesado e incluso dejan varios fallecidos.
Durante la instalación el miércoles de la mesa de diálogo nacional, el mandatario afirmó que «tiene que haber justicia para todos, para los estudiantes, policías, trabajadores, religiosos (…) justicia no es solo para unos, no es que solo para un lado vamos a ver los muertos, los muertos están de todos lados», recoge este viernes Telesur.
Por tal, aceptó una de las condiciones del Episcopado para mediar en las conversaciones: una misión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para evaluar la situación en la nación.
«El objetivo de la visita de carácter preliminar es hacer una observación en terreno sobre la situación de los derechos humanos en el país, en el contexto de los sucesos que han tenido lugar desde el 18 de abril», señaló en un comunicado el organismo.
A la mesa del diálogo del miércoles además del presidente Daniel Ortega y la vicepresidenta, Rosario Murillo, y los sectores de oposición, también asistieron empresarios, estudiantes, sociedad civil y movimiento campesino con representantes de la Iglesia como mediadores y testigos de este evento.
Desde el inicio del conflicto, que ha arrojado varios destrozos, el Ejecutivo nicaragüense ha mantenido su deseo de diálogo para dar con la solución.