El Gobierno nacional intenta disimular con asfalto lo que es difícil de ocultar para los miles de usuarios del viaducto La Cabrera, un pésimo resultado de lo que fue hace un año, la rehabilitación de la pista sur del elevado, que costó al Estado más de 50 millones de bolívares.
El color negro de los baches frescos aplicados en días recientes en lugares, en donde hasta hace pocas semanas habían grandes y hondos huecos, resulta ofensivo para algunas personas que se sienten estafadas y burladas por el Gobierno.
La inversión total del Ministerio de Transporte Terrestre (MTT) en la rehabilitación de la pista con sentido Valencia-Maracay, fue de 51 millones 500 mil bolívares.
Este gasto garantizó a los usuarios un recorrido libre de huecos, con desniveles entre las capas de concreto pero, libre de cualquier obstáculo, al menos cinco o seis meses, tiempo en que comenzaron a notarse nuevamente las grietas que después se convertirían en grandes hoyos.
Los trabajos fueron criticados desde un principio por el Colegio de Ingenieros de Carabobo.
Raúl Villarroel, miembro de la Comisión de Vialidad, Tránsito y Transporte explicó días después de que el MTT culminara la obra, que el nuevo concreto debió tener al menos 28 días para que alcanzara su máximo nivel de resistencia. Esto no ocurrió.
El especialista también explicó que el Gobierno tuvo que aplicar una capa de asfalto para que la carga de vehículos no tocara el concreto. Esto, tampoco se hizo.
El ministro Haiman El Troudi aseguró en septiembre de 2013 que la capa aplicada en la rehabilitación de esta pista no se dañaría en un corto plazo, como ocurrió en el pavimento del otro puente a pocos meses de su acondicionamiento.
“Soportará las vibraciones y las condiciones de peso”, sostuvo El Troudi durante una inspección a las obras en esa fecha.
La pista sur tiene grietas, desniveles y muchas piedras que han quedado por las excavaciones y el asfalto que aplica el MTT. Condiciones que podrían causar accidentes.
El tiempo que perdieron los usuarios de la Autopista Regional del Centro por las rehabilitaciones de ambas pistas del viaducto, no valieron la pena. Tampoco las molestias por esperar una hora o más tiempo para cruzar el elevado.
El Carabobeño