La administración Trump alega que publicar los registros de visitantes podría presentar «graves riesgos a la seguridad nacional».
La Casa Blanca anunció el viernes que no publicará la lista de visitantes a la mansión presidencial por razones de «privacidad y seguridad nacional».
En una nota de prensa, el jefe de comunicaciones de la Casa Blanca, Michael Dubke, explica que la decisión se tomó en razón de «los graves riesgos de seguridad nacional y preocupaciones por la privacidad de los cientos de miles de visitantes anualmente».
La práctica fue iniciada por el presidente Barack Obama a fines de 2009, luego de su primer año en el mando y tras demandas de activistas. El registro se publicaba en la página web de la Casa Blanca tres meses después de que las visitas habían ocurrido.
La política incluía sin embargo una serie de excepciones, como los nombres de visitantes personales de la familia Obama o personajes cuya identidad era mantenida en secreto por razones de seguridad nacional.
Se anticipa que la decisión sea rechazada por grupos e individuos que exigen transparencia en el gobierno y podría llevar a nuevas demandas para tratar de obligar a la administración a revelar la información, que consideran es una importante herramienta para monitorear a individuos o grupos que podrían estar tratando de influenciar la política de la administración.
Vista de un sector de Mar-a-Lago, la mansión privada de Donald Trump en Florida, que es utilizada como su residencia oficial de fin de semana y para reuniones con dignatarios, partidarios y funcionarios de su gobierno.
El presidente Trump ya ha sido ampliamente criticado por su falta de transparencia por negarse a publicar sus declaraciones de impuestos, una tradición que por décadas habían mantenido los mandatarios que lo precedieron.
Las demandas por los registros de visitantes de la administración Trump no solo se limitan a la Casa Blanca, sino que también se extienden a Mar-a-Lago, la mansión privada del mandatario en Palm Beach, Florida, adonde ha realizado al menos 7 visitas desde que asumió el cargo en enero hasta esta fecha, y a su residencia principal en Nueva York, la Torre Trump, donde todavía permanece la primera dama Melania Trump y Barron, el hijo de ambos.
Funcionarios de la Casa Blanca alegan que otros presidentes antes de Barack Obama no publicaron las listas de visitantes y que continuar la práctica podría interferir con el desarrollo de políticas.
Michael Dubke dice que Trump ya ha tomado medidas para mejorar la ética en Washington, como imponer nuevas restricciones al cabildeo por parte de exfuncionarios de un gobierno saliente e invitar a la conferencia de prensa diaria en la Casa Blanca a medios que anteriormente no tenían acceso a ella.
«La administración Trump ha roto barreras al asegurar que el gobierno sea ético y accesible al pueblo estadounidense», dice el comunicado de Dubke.
No obstante, el director de comunicaciones de la Casa Blanca dice que «alguna información podría ser dada a conocer caso por caso»
La Torre Trump en Nueva York, residencia principal del presidente Donald Trump y donde aún permanece la mayor parte del tiempo la primera dama Melania Trump y su hijo Barron.
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Aunque los documentos que la administración Obama publicaba no eran completos, al final de los dos mandatos del demócrata su gobierno había revelado casi 6 millones de récords.
La información de visitantes a oficinas como la del Representante Comercial de la nación, y la Oficina de Administración y Presupuesto pueden ser publicadas si se solicitan bajo la Ley de Libertad de Información (FOIA por sus siglas en inglés), pero la Casa Blanca está exenta de esa ley.
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