El gobierno de Juan Manuel Santos envió al Congreso un informe en el que reconoce que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) tenían planeado comprar desde hace 10 años armamento con capacidad de derribar aeronaves, algo que concretaron con la adquisición de misiles SA-7 a través de traficantes.
La información, remitida al Poder Legislativo la semana pasada, fue filtrada por el diario colombiano El Tiempo. De acuerdo con el artículo, los artefactos “no alcanzan el efecto deseado” por la guerrilla.
El documento confeccionado por el Ministerio de Defensa admite que “el misil (SA-7) tiene la capacidad de derribar una aeronave en vuelo si impacta en un área vulnerable, siempre y cuando se encuentre en óptimas condiciones de conservación”, según reproduce el periódico.
El reporte llega poco después de que el jefe del Comando Sur de los Estados Unidos, John Kelly, denunciara ante el Senado norteamericano que las FARC tenían en su poder este tipo de armamento.
Por su parte, el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, había confirmado la noticia al revelar que entre 2009 y 2012 se les había incautado estos misiles SA-7 a las FARC. No obstante, no se ha podido precisar quiénes fueron los proveedores, sólo que fueron “traficantes internacionales”.
Pese a esta situación, la guerrilla mantiene un diálogo de paz con el Gobierno en La Habana, con el objetivo de dar fin al conflicto armado que afecta desde hace medio siglo al país. Santos ha reiterado su voluntad de que haya un acuerdo antes de fin de año, pero todavía no se ha avanzado más allá del primer punto de la agenda: la cuestión agraria. // IPP
Fuente: Agencias
