Gobierno de Nicolás Maduro cumple este sábado un año sin cifras oficiales y actualizadas de inflación -que fue de un 4 % en octubre de 2024-, lo que hace que «todos se muevan a tientas» en cuanto a su planificación financiera y deja a los venezolanos a «ciegas» sobre el rumbo de la economía, dijo a EFE el profesor universitario Jesús Palacios.
Sin cifras recientes de inflación emitidas por el Banco Central de Venezuela (BCV), resulta «difícil negociar incrementos salariales», advirtió Palacios, y las empresas no tienen referencias para planificar toda su estrategia financiera.
En Venezuela el salario mínimo y las pensiones son de 130 bolívares, la moneda nacional, unos 0,60 centavos de dólar al mes, según el tipo de cambio más reciente del BCV. Los empleados públicos reciben bonos gubernamentales de hasta 160 dólares, pero no inciden en sus beneficios laborales, por lo que varios gremios reclaman un salario digno.
«Inflación en dólares»
Durante la hiperinflación de 2017 y 2021, Venezuela adoptó de facto el uso del dólar y esta moneda se convirtió en la principal referencia para fijar precios en todo el país. También se usan otras divisas -como el euro y, en menor medida, el peso colombiano- contra la inflación y la desconfianza del bolívar.
Sin embargo, los precios en dólares aumentan en Venezuela y la gente se refiere al hecho como «inflación en dólares». Sobre esto, Palacios, quien es economista de profesión, comentó que «los precios en dólares se han venido incrementando en comparación con años anteriores» y esto «ha sido un fenómeno desde 2018, que fue muy agudo hasta 2023, sobre todo».
Durante esos años, «hubo incrementos que llevaron a que los precios se multiplicaran por cinco o seis veces de lo que era su valor (en dólares) a finales de 2018», agregó el economista.
«Hablamos de una inflación en dólares por encima del 20 % en los últimos doce meses», precisó Palacios con base en estimaciones independientes.
«Ajuste excesivo»
Palacios explicó que los bajos salarios, la «inflación en dólares» y la ausencia de cifras inflacionarias generan una «falta de claridad y de coordinación entre agentes económicos (individuos, familias, empresas, etc.)».
También añadió que la suma de las variables en mención propician una «pérdida de poder de compra en los consumidores», así como una «reducción de márgenes (de ganancia) en los negocios o una caída en las ventas por ajustes excesivos» de precios.
«Para los negocios, los comercios, para el productor, es muy complejo calcular precios si no tienes estimaciones de inflación, así como negociar con proveedores. Te quita una medida de referencia», subrayó el catedrático.
«Desbordamiento represivo»
En junio de este año, al menos cinco economistas fueron detenidos, varios de ellos liberados, según el coordinador de Exigibilidad Legal de la ONG Provea, Marino Alvarado, quien advirtió entonces sobre un «desbordamiento represivo» y aseguró que las autoridades venezolanas no «quieren que en el país se informe sobre la situación económica».
En la misma línea, el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), un ente independiente del BCV que medía la inflación, dejó de publicar sus cifras tras denunciar «persecución» y «hostigamiento» contra personas dedicadas a la «difusión de información estadística relevante para comprender la economía venezolana».
El BCV no publica cifras de inflación desde noviembre de 2024, cuando difundió los datos correspondientes a octubre.
Esto coincidió con la ampliación de una brecha cambiaria entre el precio del dólar fijado por el ente emisor y el del mercado negro -muy por encima del oficial-, una situación que, según economistas, permanece hasta hoy por la escasa disponibilidad de divisas en Venezuela.
Entretanto, el Gobierno aseguró en julio pasado que Venezuela lleva más de diecisiete trimestres consecutivos en crecimiento económico, aunque no ha reportado cifras de inflación. EFE










