El activista, de 31 años de edad, fue arrestado en junio por agentes de migración cuando acudió a su cita anual con el Servicio de Inmigración y Control de Aduana (ICE) en Houston. Desde entonces, hace más de un mes, permanece privado de libertad. En una llamada después de la vista con el juez de migración el miércoles, le dijo en tono sombrío a su mejor amigo y también ex preso político, Lennard García: «Hermano, se me cayó todo, voy a pasar meses en la prisión de nuevo. No quiero morirme»
El gobierno de Estados Unidos decidió mantener al ex preso político venezolano Gregory Sanabria detenido en un centro para migrantes en Texas, desestimando la solicitud de fianza de su defensa legal y pese a que tiene solicitud de asilo pendiente.
Un juez de inmigración descartó el miércoles una petición presentada por el abogado de Sanabria, activista que estuvo encarcelado durante cuatro años en la prisión de El Helicoide en Caracas, conocida por las denuncias de violaciones a los derechos humanos.
El venezolano, de 31 años de edad, fue arrestado en junio por agentes de migración cuando acudió a su cita anual con el Servicio de Inmigración y Control de Aduana (ICE) en Houston. Desde entonces, hace más de un mes, permanece privado de libertad.
El gobierno de Estados Unidos decidió mantener al ex preso político venezolano Gregory Sanabria detenido en un centro para migrantes en Texas, desestimando la solicitud de fianza de su defensa legal y pese a que tiene solicitud de asilo pendiente.
Un juez de inmigración descartó el miércoles una petición presentada por el abogado de Sanabria, activista que estuvo encarcelado durante cuatro años en la prisión de El Helicoide en Caracas, conocida por las denuncias de violaciones a los derechos humanos.
El venezolano, de 31 años de edad, fue arrestado en junio por agentes de migración cuando acudió a su cita anual con el Servicio de Inmigración y Control de Aduana (ICE) en Houston. Desde entonces, hace más de un mes, permanece privado de libertad.
Una vez establecido en Texas, donde viven conocidos y antiguos compañeros de activismo estudiantil en contra del gobierno de Nicolás Maduro, Sanabria presentó solicitud de asilo que aún sigue pendiente.
Su caso, señaló García, es uno de los «más documentados de tortura que existe en Venezuela» y fue denunciado en su momento por la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos y Amnistía Internacional, entre otras organizaciones.
El gobierno de Donald Trump, sin embargo, alega que Sanabria admitió «estar en EE UU de manera ilegal» y «permanecerá en custodia de ICE mientras sigue pendiente una decisión de un juez de migración», indicó un funcionario de alto rango del Departamento de Seguridad Nacional (DHS).
«Todos sus argumentos serán escuchados por el juez», agregó.
Para Molina, que está defendiendo a Sanabria ante la corte de inmigración, las declaraciones de DHS son un juego de palabras:»¿Cómo que está ilegal y se está reportando con ICE, y tiene un permiso de trabajo y tú mismo lo liberaste?».
El abogado considera que la acciones de las autoridades en este caso forman parte de una campaña de «presión al inmigrante» por parte del gobierno actual.
«La gente ve esto y dice ‘Gregory tiene un caso tan fuerte, estuvo en El Helicoide y mira como lo están tratando’ (…) los quieren meter presos para que los demás se asusten», concluyó.
«No quiero morirme»
Sin la posibilidad -por ahora- de salir bajo fianza, las autoridades pusieron a Sanabria entre la espada y la pared: aceptar voluntariamente ser deportado a Venezuela, el país del que huyó por las persecuciones del gobierno, o permanecer detenido de manera indefinida.
Ser deportado, en los vuelos que son recibidos por las autoridades venezolanas, incluido el ministro de Interior, Justicia y Paz, Diosdado Cabello, significaría volver a ser encarcelado y posiblemente torturado. Él ya decidió que va a pelear su caso «como sea», relató su abogado.
La detención, dijo García -que asegura estar en contacto «diario» con su amigo-, es una «revictimización».
«Para una persona que sufrió tortura durante cuatro años (en prisión), estar de nuevo en cuatro paredes es morir en vida, como ha dicho él en varias ocasiones», contó el también venezolano y activista.
Está «sumamente desesperanzado» y deprimido y «duda que EE UU haya sido el lugar idóneo para huir de la dictadura».
Desde el centro de detención, en una llamada después de la vista con el juez de migración el miércoles, Gregory Sanabria le dijo en tono sombrío: «Hermano, se me cayó todo, voy a pasar meses en la prisión de nuevo. No quiero morirme».