Gobierno busca respaldo para aplicar el programa de ajuste

Gobierno busca respaldo para aplicar el programa de ajuste

Zambrano Sequín indica que no hay condiciones para las reformas requeridas

 

Obligado a aplicar un paquete de ajuste que intentará corregir el rumbo de una economía que registra inflación de 60,9% en los últimos doce meses y crecimiento de tan solo 1% en el cuarto trimestre de 2013 (última cifra oficial disponible), el gobierno de Nicolás Maduro busca el respaldo del PSUV y consenso, con la oferta de debatir medidas como el alza en el precio de la gasolina.

 

«He decidido iniciar un proceso de debate nacional con todos los sectores para establecer de esta manera un nuevo sistema de precios en los combustibles», dijo el Presidente Maduro el jueves de esta semana y un día antes el vicepresidente para el área económica, Rafael Ramírez, acudió al congreso del PSUV para explicarle a las bases del partido la necesidad de las medidas.

 

De acuerdo con Ecoanalítica y el último informe de Barclays el ajuste, diseñado por Rafael Ramírez, contempla además del aumento de la gasolina, devaluar y dejar un solo tipo de cambio oficial entre 25 y 30 bolívares por dólar, incremento de las tasas de interés, reducción del número de productos con precios controlados, acciones para alargar el plazo de vencimiento de la deuda externa, acuerdos con empresas petroleras para aumentar la producción en la Faja del Orinoco y fin del financiamiento del Banco Central a Pdvsa.

 

Estas acciones corregirían el desajuste que implica mantener un tipo de cambio oficial artificialmente barato a la tasa de 6,30 bolívares a la que es imposible satisfacer la demanda de divisas y disminuirían el impulso que recibe la inflación por la práctica del BCV de fabricar billetes para financiar a Pdvsa que ingresan a la economía e impulsan los precios.

 

Además ayudarían a disminuir la escasez de bienes básicos porque las empresas que no cubren los costos de producción a los precios regulados tendrían un alivio y el alargamiento del plazo de pago de la deuda mejoraría las disponibilidades de divisas, mientras que a mediano plazo los barriles extra a producirse en la Faja incrementarían el ingreso de petrodólares.

 

Pero suponiendo que el Gobierno aplique «el plan Ramírez» en su totalidad, ¿se acaban todos los problemas?

 

Luis Zambrano Sequín, miembro de la Academia de Ciencias Económicas, señala en su análisis Notas sobre las reformas económicas para el crecimiento y el rol de las instituciones que no hay cabida para correcciones estructurales.

 

«Las restricciones y los elevados costos políticos impiden la ejecución de un programa de ajustes con la calidad suficiente para destrabar los mercados y promover el desarrollo del sector privado, elementos imprescindibles para destrabar, al menos a corto plazo, la situación de estancamiento».

 

Explica que «las condiciones básicas asociadas con el desarrollo están hoy notablemente ausentes: no existe un derecho a la propiedad claramente definido, prevalece un marco regulatorio cuya ejecución no pone freno al fraude ni la corrupción, ni tampoco a la conducta anticompetitiva y menos aún a la búsqueda de rentas».

 

Añade que «la sociedad está fragmentada y es difícil alcanzar los niveles mínimos de consenso requeridos, se carece de instituciones que permitan reducir los riesgos y administrar los conflictos sociales y no existe un Estado de derecho y un gobierno con credibilidad suficiente para formular y conducir eficazmente la política económica».

 

Otro aspecto a evaluar es el impacto que tendrán las medidas. El equipo de economistas que ha diseñado el paquete de ajuste considera que la mayoría de los precios ya están alineados con el tipo de cambio paralelo que actualmente se ubica sobre 50 bolívares por dólar y por tanto, devaluar y dejar un solo dólar a 25 o 30 bolívares no debería traducirse en incrementos de precios.

 

No obstante un estudio elaborado por Ecoanalítica indica que habrá un efecto considerable. La firma señala que el tipo de cambio ponderado al que actualmente se adquiere cada producto que forma parte de la canasta que utiliza el Banco Central para medir la inflación es de 21,6 bolívares, pero si desaparecen los dólares a 6,30 y a 11 bolívares porque se coloca un solo dólar a 25, este tipo de cambio ponderado se dispara hasta 45 bolívares.

 

Esto apunta a que la devaluación impulsaría la inflación que ya de por si es bastante alta, de hecho, Ecoanalítica proyecta que si se aplica el ajuste por completo este año los precios experimentarán un salto de 79,8%, el poder de compra del salario promedio caerá 14% y la economía retrocederá 2,5%.

 

Fuente: EU

 

Víctor Salmerón

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