El Ejecutivo analiza la sustitución del sistema de control de precios, que tiene más de 10 años, debido a que se agotó y no hay una vía clara para modificar periódicamente los precios y evitar los problemas de abastecimiento por altos costos y pérdidas de las empresas que se han registrado en los últimos meses.
El aumento en el índice de escasez del primer trimestre y la preocupación por la campaña electoral han hecho que técnicos del Banco Central de Venezuela y del Ministerio de Planificación y Finanzas propongan al Ejecutivo un cambio en el control, por precios sugeridos que se manejarían con bandas de mínimos y máximos para que las empresas puedan comercializarlos.
El 28 de enero pasado, la ministra de Comercio, Edmée Betancourt, fue la primera en anunciar que analizaban el esquema para muchos productos que no están dentro de la regulación. “Estamos haciendo estudios para ver la posibilidad con cada una de las empresas y procesadores. Ellos normalmente tienen su matriz de costo y saben cuánto deben costar los productos en el mercado, y estamos trabajando para lograr con ellos los precios sugeridos».
La enfermedad y posterior fallecimiento del presidente Hugo Chávez retrasaron las decisiones económicas. “Ahora se retoma el tema en un escenario un poco complicado porque la escasez sigue en aumento y se retrasó la entrega de divisas, además de que no han querido aumentar los precios por el costo político, pero el desabastecimiento también pasa factura”, expresó un empresario afecto al Gobierno, que pidió no ser identificado.
Nuevamente se discute la propuesta de los precios sugeridos, mientras en el sector privado recuerdan el planteamiento de establecer un sistema administrado de precios que permita su fluctuación cada tres meses por debajo de la inflación.
“Si la inflación acumulada en un trimestre es 10%, los precios de los alimentos podrían subir 9%”, dice un documento presentado hace un año por la Cámara Venezolana de la Industria de Alimentos como propuesta alterna al congelamiento de precios, que hoy tiene varios alimentos con los precios represados desde hace 25 meses.
Cambios ministeriales. Gremios del sector agroproductivo han señalado la necesidad de que se revise la estructura de los despachos de Alimentación y Agricultura. “Una de las propuestas es que ambos ministerios se fusionen, porque muchas decisiones se toman a espalda de los agricultores y de la industria de alimentos”, expresó un empresario.
En el sector gubernamental y entre las propuestas de los candidatos a la Presidencia persiste la preocupación por el abastecimiento. “Al parecer hay consenso en el Gobierno de turno y en el candidato de oposición para que se proponga un solo ministerio para el sector agroproductivo y de alimentos. Hay mucha burocracia y decisiones aisladas”, indicó un empresario del sector agropecuario.
Escasez en contexto. En enero de 2008 fue la escasez más alta que se ha registrado hasta el momento: llegó a 24,7%. Y en febrero de ese mismo año se situó en 20,7%. Igualmente en abril de 2007 estuvo en 20,6%. En esos dos años el alza de los precios internacionales de los alimentos y retrasos en los permisos para importar materia prima, generaron las fallas de productos en el país. El año pasado la escasez más alta fue en enero, cuando estuvo en 16,2% y un año después subió a 20,4%, para cerrar el mes pasado en 20%.
Piden revisar precios de quesos
Aniquesos insiste en la necesidad de que se revisen los precios regulados de los quesos blancos y amarillos y se permitan a las empresas procesadoras de leche nacional algunas importaciones puntuales, cuando hay déficit en el país. “Entre las propuestas está el reconocimiento de costos de producción, con base en las estructuras de costos presentadas en marzo y la entrega de licencias de importación a tiempo, para así poder cubrir el déficit de materia prima que se presenta en temporada de sequía, período que va desde enero a mayo y de septiembre a diciembre”, indica un documento del gremio.
También señalan que se debe reconocer el pago a 4,30 bolívares por dólar de las importaciones efectuadas antes del 15 de octubre de 2012. “De tomar en cuenta estos correctivos, se mejoraría sustancialmente la oferta fluida y constante de quesos blancos y amarillos”. Según el BCV, la escasez de quesos amarillos es de 29,2% al cierre de marzo y la de queso blanco supera 33,1%. En las bodegas y mercados municipales el kilo de queso blanco duro se vende entre 80 y 90 bolívares, y está regulado en 31,96 bolívares.
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