El Gobierno de Afganistán ofreció este jueves (12.08.2021) a la delegación de los talibanes en Doha (Qatar) un acuerdo de reparto del poder a cambio del cese inmediato de los ataques a las principales ciudades del país. La propuesta forma parte de las negociaciones de paz, que hasta ahora resultan infructuosas, y se conoce justo cuando los talibanes avanzan sin contrapeso por territorio afgano.
«El Gobierno afgano ofrece la participación en el poder a los talibanes y exige el cese inmediato de los ataques a las ciudades en el nuevo plan de paz», dijeron fuentes oficiales no identificadas al canal de noticias afgano 1TV. El presidente del Alto Consejo para la Reconciliación Nacional, Abdullah Abdullah, fue el encargado de presentar la propuesta, «para poner fin a la crisis”.
Abdullah se encuentra en Doha desde el miércoles para asistir a dos reuniones internacionales sobre el futuro de Afganistán. Una portavoz de los negociadores afganos dijo a EFE, sin embargo, que la propuesta no es nueva. «Es en realidad la hoja de ruta de la paz para el reparto del poder político de ambas partes y es uno de los temas a debatir en las negociaciones. No es algo completamente nuevo sugerir un reparto de poder”, sostuvo.
Abandonar el país a la brevedad
Mientras en el campo diplomático ocurre eso, en el terreno bélico el escenario es distinto. Desde la tarde de esta jornada, la bandera de los talibanes ondea sobre el cuartel general de la policía en Herat, poco después de las que autoridades aseguraran que las tropas afganas tenían el control total de la ciudad. Los talibanes no encontraron resistencia y Zabihula Mujahid, vocero de los insurgentes, dijo en Twitter que «el enemigo huyó. Decenas de vehículos militares, armas y municiones cayeron en manos» de los muyahidines.
Ante el desarrollo de los acontecimientos, Estados Unidos y Alemania llamaron a sus ciudadanos a abandonar a la brevedad Kabul. Washington instó a los estadounidenses a utilizar todas las ofertas comerciales disponibles para salir de la capital de Afganistán. Berlín hizo algo parecido, señalando que se pide «urgentemente” a los alemanes hacer uso de las posibilidades existentes en las líneas aéreas regulares para salir «pronto» del país.
Alemania también advirtió que si los talibanes asumen el poder, dejará de aportar dinero. El ministro de Exteriores, Heiko Maas, sostuvo que su país no donará «ni un solo centavo más a Afganistán si los talibanes toman el control total del poder, introducen la Sharia [ley musulmana, de la que hacen una interpretación ultrarradical] y si el país es convertido en un califato”. Maas recordó que Afganistán «no puede sobrevivir sin ayuda internacional”. Alemania aporta 430 millones de euros al año para el funcionamiento del país.