Gabriela Montero: “Quisiera que Venezuela no estuviera atravesando este horror”

Gabriela Montero: “Quisiera que Venezuela no estuviera atravesando este horror”

El tono de voz de Gabriela Montero es amable, sereno, pero contundente. No se considera peleona ni fanática. Seria sí es: apenas regala un par de sonrisas durante la conversación vía Skype. Se quiebra cuando responde lo que más extraña de Venezuela… La pianista está en Los Ángeles, acaba de llegar de Calgary, Canadá.

 

Es difícil sacarla del tema político, aunque aclara, “para mí, ya pasamos esa frontera de hablar de Venezuela y su tragedia como un tema político; es un tema humano”.

 

Para ella su lucha frontal contra las injusticias que se viven en Venezuela comenzó con su disco Solatino (2010) en cuyo librillo explica: “Usualmente, el muy conocido logo de EMI es rojo y blanco. Notarán que en este álbum, el logo de EMI es blanco y negro. Decidí excluir el color rojo en Solatino, a excepción de la letra ‘O’, porque en Venezuela, al color rojo le ha sido robada su apasionada belleza y poder, y es ahora asociado a la represión, la furia y el control”.

 

En 2012 estrenaría en Lugano, Suiza, su obra para piano y orquesta ExPatria, para muchos, un manifiesto anti Hugo Chávez. Sin embargo, la artista ha dicho: “ExPatria no es un llamado al odio. Es una súplica al amor”.

 

Luego de eso, ha improvisado con el Himno Nacional en tono menor (Himno moribundo), ha caceroleado con el piano, participó recientemente en un concierto convocado por Carlos Izcaray en Alemania contra el “colapso de la democracia” en Venezuela, en fin, se ha convertido en una voz para un importante sector del país.

 

– La situación en Venezuela nos ha afectado a muchos de diferentes maneras, evidentemente, a mí también. Yo, como figura pública, he recibido miles de mensajes de venezolanos que han sufrido la violencia (hampa, secuestros), el exilio, el odio, hasta el racismo, desde hace 15 años. Estos mensajes de mi público me han dado la fuerza para ponerme en esta posición tan difícil -gratificante, sí-, pero a veces tan incómoda como es la de ser músico y estar hablando de estos temas.

 

– ¿Quisiera que no fuese así?

 

-Yo quisiera que Venezuela no estuviera atravesando este horror, por supuesto, sería muchísimo más fácil para mí, con mis conciertos, con mi actividad como concertista y disfrutar de mi tiempo libre que ya no tengo. Pero yo soy una persona empática, que siente. El hecho de que yo sea artista no significa que sea indolente, ciega, sorda y muda, a lo que sucede a mi alrededor, y he visto mucho sufrimiento.

 

 

 

– El maestro José Antonio Abreu y Gustavo Dudamel opinan que la música debe estar alejada de la política. ¿Estaría usted en el extremo opuesto?

 

– Ellos tendrán sus razones, pero dada la situación, la gravedad de este momento histórico en nuestro país, el hecho de que somos un país secuestrado por un gobierno militar, corrupto, criminal, yo creo que ya no nos podemos dar el lujo de tener esas posiciones tan cómodas como el silencio. Cuando existen violaciones de derechos humanos a diario en tu país, creo que todos, artistas y no artistas, tenemos el deber de ser voceros de la justicia.

 

– Algunos dirán: “Es fácil protestar desde afuera y no venir directamente”. ¿Le han dicho eso? ¿Qué responde?

 

– Eso no es válido porque hay muchísimos venezolanos en el exterior haciendo y trabajando todos los días por lograr un cambio, por un país que sea realmente equitativo, justo y sea productivo para todos, no solo para unos pocos. El hecho de que uno viva en el exterior simplemente te da la oportunidad de protestar y de ayudar de otra manera. Yo estoy todos los días tratando de ayudar a los venezolanos.

 

– Esta semana su colega Clara Rodríguez ha emitido un comunicado donde se queja de que usted la ataca. ¿Qué tendría que agregar?

 

– Yo no voy a ahondar en este tema porque creo que no es de mayor importancia. Lo que sí te voy a decir es que cuando una persona, sea quien sea, haga lo que haga, emite tuits a favor de un gobierno criminal y en contra de los manifestantes y estudiantes -muchos de ellos asesinados- y de la labor que están tratando de hacer, cuando tú emites un tuit eso es un mensaje público, y ahí cualquiera tiene el derecho a tener una opinión, y de alguna manera a contrarrestar lo que dices.

 

– ¿Qué es lo que más extraña de Venezuela?

 

(Silencio) Lo extraño todo: extraño poder ir a un café en Los Palos Grandes, comerme un cachito de jamón, visitar el Teresa Carreño, y escuchar a mis amigos y colegas tocar, llegar de Maiquetía y ver todas las lucecitas en los cerros. Recuerdo que de niña me parecía un nacimiento en las noches.

 

¿Regresaría a Venezuela definitivamente?

 

– Tendrían que cambiar mucho las cosas y yo soy muy positiva de que van a cambiar. Me gustaría tratar de ayudar en la reconstrucción, aportar más aún, pero primero se tiene que resolver el problema de la violencia, que es inaceptable. Que yo tenga que regresar a mi país con guardaespaldas es totalmente inaceptable.

 

 

El Universal

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