Durante el mes que duró el evento deportivo más importante de este año: el Mundial de Fútbol, vimos competir a nuestros equipos y jugadores favoritos. Cada partido era un momento para compartir la emoción del gol, el coraje por las faltas mal marcadas, la ansiedad por el triunfo del conjunto nacional o el temor de la eliminación. Todo sobre un campo verde esmeralda en Brasil.
Pero ellos juegan sobre un terreno un poco más sucio.
El fútbol en barro –también conocido como swamp soccer- es un juego inventado por escandinavos en los años 90 como una forma para ejercitar a sus atletas y soldados.
Este juego ganó popularidad en Finlandia en 1998 cuando 13 equipos se formaron y compitieron por el campeonato en barro creado por el “Barón del Pantano”, Jyrki Väänänen. Hoy existen más de 200 equipos que practican este deporte, particularmente popular en Escocia, Suecia, Islandia, Holanda, Rusia, China y Brasil.
Este deporte en barro consiste en dos medios tiempos de 12 minutos cada uno -si durara más, probablemente nadie aguantaría el juego-. Cada equipo tiene 12 jugadores, 6 de ellos permitidos en el campo de lodo, y quienes pueden sustituirse las veces que quieran. Las reglas del fútbol de barro son una versión similar a las estandarizadas en el que se juega en una cancha, aunque con algunas variaciones. Los jugadores no tienen permitido cambiarse los tenis -o botas, dependiendo de la densidad del lodo- durante todo el partido, y por ser una versión más casual, se permiten las jugadas fuera de lugar. Otra diferencia es que los equipos pueden estar integrados por hombres y mujeres.
El campeonato mundial de este deporte se jugó por primera vez en 2000; la sede fue Hyrynsalmi, al norte de Finlandia.
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