La premier británica, Theresa May, urgió este martes a actuar contra los «niveles sin precedentes de migración incontrolada» que se registran actualmente, y defendió el derecho del Reino Unido y del resto de los países a controlar sus fronteras.
En su estreno en Naciones Unidas, May argumentó que ese flujo sin control no beneficia ni a los migrantes, que se exponen a grandes peligros, ni a los países de origen, tránsito y destino.
Según aseguró, la actual crisis de desplazados se ve «exacerbada» por esos migrantes económicos, que en su opinión deben diferenciarse más claramente de los refugiados.
May apostó por aumentar las ayudas para esas personas que se ven obligadas a huir de la guerra y de la violencia, pero también por asegurar que soliciten asilo en el «primer país seguro».
En el caso de quienes escapan de Siria, eso sería por ejemplo en lugares como Jordania, el Líbano o Turquía, apuntó.
Mientras, subrayó que «todos los países tienen derecho a controlar sus fronteras y proteger a los ciudadanos» y que, al mismo tiempo, tienen el deber de limitar los flujos de salida.
Infobae