Créditos: Clara Wright | Agence France-Presse
El gobierno francés indicó desde el 1 de enero de 2022 ya no se podrán comercializar frutas y hortalizas frescas envasadas en plástico, una práctica que afecta al 37% de las ventas, a modo de evitar más de mil millones de envases de plástico innecesarios cada año.
El gobierno francés anunció a través de un comunicado que a partir del 1 de enero de 2022 no se podrán vender frutas ni hortalizas frescas sin procesar en plástico, con cierta tolerancia hasta 2026 para las más frágiles, como los frutos rojos.
La nueva disposición correrá, por ejemplo, para las hortalizas: puerros, calabacines, berenjenas, pimientos, pepinos, papas, zanahorias, tomates, cebollas, nabos, coles, coliflores, calabazas, chirivías, rábanos, alcachofas y tubérculos.
En lo que se refiere a las frutas, las manzanas, peras, naranjas, clementinas, kiwis, mandarinas, limones, pomelos, ciruelas, melones, piñas, mangos, maracuyás y caquis también quedarán afectadas por la prohibición.
Mientras que el 37% de las frutas y hortalizas se venden actualmente envasadas, el Gobierno espera que la medida dirigida a una treintena de ellas “permita evitar más de mil millones de envases de plástico innecesarios cada año”.
No obstante, los tres ministerios firmantes (Economía, Transición Ecológica, Agricultura y Alimentación) detallaron que para las frutas y hortalizas “que presenten un riesgo significativo de deterioro en su venta a granel” el decreto concede hasta el 30 de junio de 2026 para encontrar soluciones alternativas.
Así, determinadas variedades de tomates (cherry o cóctel), cebollas, nabos tempranos, coles de Bruselas, judías verdes, uvas, melocotones, nectarinas y albaricoques quedarán bajo esta disposición.
Los envases de plástico para alimentos son el mayor usuario de plástico producido en el mundo.
En Francia, el 45,5% del consumo de plástico se destina a la fabricación de envases, según la Fundación Heinrich Boll, consigna RFI.
Radio France Internationale