Apenas 30 kilómetros separan Santiago de Chile, capital del país, de la pequeña localidad de Batuco. Allí, el agrónomo Juan Carlos Orellana montó una particular granja.
En su propiedad desarrolló un criadero de arañas, donde el nivel de producción alcanza los casi 5.000 especímenes. Además, comercializa escorpiones.
Orellana cría, cuida y domestica más de 20 tipos diferentes de arañas, desde 2006.
Desde Batuco, las exporta al resto del mundo. Europa, Asia y Estados Unidos son sus principales mercados.
Fuente: Infobae