El presidente Nicolás Maduro anunció el miércoles, en medio de la Conferencia Económica de Paz, que ponía «al servicio del financiamiento del desarrollo, en el marco de esta ofensiva, el Fondo Chino, Fonden, y el Fondo Mercosur-ALBA, que contiene importantes recursos en divisas y en bolívares para dinamizar una nueva estrategia de inversión».
Este ofrecimiento de los fondos presupuestarios paralelos de los que dispone el Ejecutivo nacional, para el sector productivo, no es nuevo, asegura Asdrúbal Oliveros, director de la firma Ecoanalítica. «En las reuniones con Nelson Merentes, presidente del BCV, ya eso se había anunciado» pero aclara que «nunca se concretó» posiblemente por una limitación ideológica, ya que el Gobierno pretende ser hegemónico en las importaciones y en el control de la economía.
Además, afirma que de implementarse «aliviaría un poco la restricción de divisas, pero no resuelve el problema de fondo» pues considera que además del problema de divisas, hay varios factores que obstaculizan la producción: la imposición de la ley de costos y precios justos (que desatiende la realidad económica comercial), la vigencia de un inefectivo control de precios, la estructura creada por la Ley Orgánica del Trabajo «que en la manufactura incrementó el ausentismo laboral»; y por último la gestión y desempeño de las empresas públicas, con números rojos y serios problemas de productividad.
Sobre el uso de los fondo paralelos, Oliveros calcula que al cierre de marzo entre Fonden, Fondo Chino, Tesorería Nacional y el Bandes, había disponibles unos 13.400 millones de dólares, que sin embargo no pueden entregarse por completo al sector privado pues de ahí también deben sufragarse las importaciones públicas.
Explica que desde 2009, tras la crisis financiera global y la caída de los precios del petróleo, el Fonden empezó a financiar importaciones públicas. «No conocemos casos en que los dólares de Fonden se hayan dado para importaciones privadas, sino que siempre fueron cubiertas con las divisas de la venta petrolera y por la vía del BCV».
En cambio el Fondo Chino sí se prestó para operaciones de financiamiento, dice Oliveros, ayudando en la compra de electrodomésticos Haier, de partes y piezas de tecnología (en especial Telecomunicaciones) y para la importación de motos.
Los fondos paralelos se han caracterizado por su poca o nula rendición de cuentas. Del Fondo Bicentenario no se sabe cuánto se ha ejecutado, mientras que el Fondo de Estabilización de Precios, anunciado en noviembre pasado, se desconoce si está activo.
El Universal
Ernesto J. Tovar
