Por Diana Aros
El proceso de vacunación contra el covid-19 ha generado diferentes desafíos alrededor del mundo para lograr que la mayoría de la población adquiera la inoculación y proteger así de los graves efectos del virus.
Sin embargo, existe un grupo de personas a nivel mundial que tienen un padecimiento que podría dificultar el proceso a la hora de la inyección. Se trata de quienes le tienen fobia a las agujas o tripanofobia, como se conoce médicamente.
Este miedo irracional a recibir una inyección puede afectar a las personas en diferentes etapas de su vida y está ligado con una serie de síntomas psicosomáticos cuando se está expuesto a esta situación.
Por ejemplo, algunos signos se manifiestan como sudoración excesiva, taquicardia, mareos, hiperventilación, náuseas, temblores, ansiedad, pensamientos de muerte, desorientación y confusión, intento de escapar del lugar, entre otros.
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De acuerdo al Instituto Claritas de Salud, la causa de esta fobia viene de algún evento traumático que la persona pudo haber experimentado. “Si has pasado por una enfermedad muy dura y no lo has superado, podrías adquirir esta fobias a las agujas con el paso del tiempo. También puede ser aprendido a través de la observación, como cuando vemos que otros sufren al ser pinchados o intervenidos y desarrollamos el miedo”, indican.
¿Cómo afecta la Tripanofobia a las personas?
Adam, un joven de 23 años de Reino Unido, relató a BBC Mundo cómo es su día a día con miedo a las agujas. “Se siente como si el mundo se fuera a acabar. Se siente como si no tuvieras salida, no puedes hacer nada, la frecuencia cardíaca llega a 200, no puedes concentrarte. Es un miedo patológico a las agujas”, explica.
De acuerdo a datos entregados en un estudio de la Universidad de Oxford, las personas que no se quieren vacunar debido a su miedo por las agujas representa al 10% de la población en Reino Unido. Según el Servicio Nacional de Salud de ese país, una de cada 10 personas sufre este tipo de fobia.
Robert Edelman, psicólogo y especialista en fobias, explicó a BBC Mundo que “es posible que ver a otros reaccionar mal a una inyección signifique que aprendes esa respuesta de ellos. Las agujas también están asociadas con la sangre y, para muchas personas, esto desencadena una respuesta de ansiedad que, con un aumento y luego una disminución de la frecuencia cardíaca, puede provocar desmayos”.
Adam | BBC Mundo
Para Adam, vacunarse contra el coronavirus fue toda una experiencia. A través de Facebook recibió una notificación que señalaba que en el hospital local estaba ayudando a personas a las que les era difícil recibir la inoculación.
Fue entonces que lo mantuvieron en una habitación con las enfermeras, quienes intentaron diversas formas de relajación y donde podía hablar de sus miedos, y aunque luego de varias horas la sensación de “pánico” fue disminuyendo, no se sentía preparado para recibir el pinchazo.
Según le cuenta al medio antes citado, tres días después decidió volver a acudir al centro asistencial, donde estuvo cerca de tres horas intentando diminuir la ansiedad, trastorno con el que vive hace varios años.
Sin embargo, pese a sus esfuerzos y del personal médico, Adam nuevamente no pudo inocularse, ya que su miedo fue mucho más grande.
Tratamiento para la fobia a las agujas
Existen diversos tipos de tratamiento que puede ayudar a superar el miedo a las agujas y así poder completar el esquema de vacunación, o simplemente tener la capacidad de estar en frente de una inyección y no sufrir las consecuencias de la fobia.
De acuerdo al Instituto Claritas, este tipo de fobia nace desde un miedo irracional, es decir, el afectado no tiene control sobre los síntomas que acompañan esta fobia. Por eso, se recomienda terapia psicológica que incluya diferentes métodos para lograr superarla.
Una de las formas más comunes de tratamiendo a una fobia, es la terapia de exposición, en la cual el especialista a cargo te va “exponiendo” a la situación que genera este miedo, ya sea mostrando una serie de imágenes o videos, hasta llegar al momento de inyección.
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Otras técnicas también incluyen el aprender a conocer los signos que acompañan a este miedo y así evitar un eventual desmayo como ocurre en muchos casos de personas que tienen diversas fobias.
El psiquiatra Andrew Iles indica a BBC Mundo que “los pinchazos son incómodos y extraños, por lo que es absolutamente normal tener miedo a las agujas, pero es importante no dejar que eso te desanime de recibir la vacuna”.
También, se recomienda un momento de instrospección para evitar pensar en la situación y anticiparse a los problemas que puede acarrear la fobia, relajar el cuerpo, comunicarle a la persona que vacuna que sientes miedo y comenzar a trabajar en ejercicios de respiración para disminuir la sensación de pánico y ansiedad que conlleva la situación.