El Fondo Monetario Internacional exhortó el sábado a las autoridades venezolanas a ajustar los gastos a su nuevo nivel de menos ingresos para reducir el impacto sobre la actividad económica ante una coyuntura que calificó como crítica.
El economista jefe del FMI para América Latina Alejandro Werner calificó como «grande» el reto que tiene el gobierno venezolano para ajustar sus gastos tras la caída de 50% en el precio del petróleo, cuya exportación excede el 30% del Producto Interno Bruto de la nación sudamericana.
«La economía venezolana requiere tener un nivel de gastos acorde al nuevo nivel de ingresos para evitar que el ajuste por el que está pasando la economía sea desordenado, más traumático, que genere más incertidumbre y que afecte en mayor medida la actividad económica», dijo Werner durante una entrevista que concedió a The Associated Press en el marco de la reunión semestral que el FMI y el Banco Mundial celebran esta semana en la capital estadounidense.
El FMI pronosticó que la contracción económica de Venezuela alcanzará en 2015 el 7%, la mayor en el continente, para recuperar el año próximo el 4% que sufrió en 2013 y que la inflación se dispare este año a cerca de 100%.
Venezuela vive un caldeado panorama social azuzado por la escasez de alimentos básicos y productos de aseo que causan filas largas fuera de los supermercados.
El gobierno ha conducido operativos contra cadenas de alimentos privadas y otros establecimientos para intentar frenar lo que considera son acciones de «guerra económica».
Werner dijo que de no producirse tal ajuste de gastos resulta «difícil pensar que los acreedores seguirán prestando indefinidamente» a Venezuela.
El funcionario calificó como un «problema importante» el déficit de 20% del PIB que el FMI proyecta para Venezuela este año porque «claramente la situación subyacente de las finanzas públicas es muy débil y es uno de los fenómenos que está afectando este desempeño económico».
Al consultarle si el FMI ha percibido algún indicio de que el déficit pudiera llevar a Venezuela a incurrir en default, Werner respondió que «desde fuera lo que vemos es una situación económica más crítica» pero explicó que desconoce si las autoridades venezolanas cambiarán la estrategia de pagar puntualmente sus compromisos con acreedores porque Caracas no ha autorizado al FMI la revisión anual obligada para sus países miembros desde hace más de nueve años.
El experto señaló que además del proceso de ajuste es necesaria una normalización gradual de la política monetaria y cambiaria «que claramente refleje una situación en la cual la caída de los ingresos externos lleva a una debilidad en la balanza de pagos que debería llevar también a una situación más realista en lo que es el tipo de cambio».
Las autoridades activaron en febrero una serie de ajustes en el modelo de control de cambio, que está vigente desde el 2003, y fijó tres tasas: una de 6,30 bolívares por dólar para los sectores de alimentos y salud y la compra de materias primas y bienes necesarios de la canasta básica.
Otra de 12 bolívares por dólar que se emplea para los cupos de los viajeros y para las subastas de divisas a las que podrán acudir el resto de los sectores económicos. Y una tercera del sistema marginal de divisas que cerró el jueves en 193,8 bolívares por dólar.
La sequía de divisas ha generado fuertes presiones en el mercado negro, donde el tipo de cambio se cotiza a casi 40 veces más que la tasa oficial de 6,30 bolívares por dólar.
Fuente: ElMundo