Pese a los niveles récord de Wall Street y el aparente idilio que las Bolsas viven con Trump, la nueva forma de hacer política de su Administración empieza a causar gran inquietud entre muchos agentes del mercado, entre ellos las agencias de ráting.
Fitch no se ha andado por las ramas y en un nota publicada este viernes ha advertido de que el Gobierno de Trump representa «un riesgo para las condiciones de la economía internacional y los fundamentos del crédito soberano global».
Según la agencia de calificación crediticia, con la llegada de Trump al poder las políticas de EEUU se han hecho menos previsibles, ya que tanto el presidente como su equipo de Gobierno han dejado a un lado los canales habituales de comunicación internacionales y las normas usuales de relación con terceros países, aumentando las expectativas de «cambios repentinos e imprevistos en las políticas estadounidenses» con posible repercusión en el ámbito mundial.
Entre los principales riesgos para los rátings soberanos, Fitch menciona giros «perjudiciales» en las relaciones comerciales mantenidas hasta ahora, la reducción de los flujos internacionales de capital, las consecuencias sobre las remesas de los vetos migratorios y el enfrentamiento político entre Trump y otros dirigentes, contribuyendo así a provocar volatilidad en los mercados financieros.
La firma de ráting advierte de que la materialización de estos riesgos daría lugar a un escenario negativo para el crecimiento económico y metería presión a las cuentas públicas de algunos países, lo que podría tener implicaciones desfavorables sobre la calificación de su deuda.
Aumento de los costes de financiación
Las amenazas no acaban ahí: Fitch alerta también de un incremento de los costes de la financiación externa, que además podría hacerse menos accesible.
La agencia reconoce que algunas medidas previstas en la agenda de Trump podrían tener un efecto positivo para el crecimiento, como un aumento de la inversión en infraestructuras en Estados Unidos, o la posible bajada de impuestos y de cargas fiscales.
Asimismo, no descarta que tras la «rafaga» de medidas «perturbadoras» adoptada por la nueva Administración en sus primeras semanas de Gobierno, la política de Trump debería tender a normalizarse, entrando en una dinámica más estable en el ámbito del comercio y los negocios.
Sin embargo, la visión de Fitch no es precisamente optimista. La agencia cree que la balanza de riesgos se inclina hacia un escenario global «menos benigno». A este respecto, recuerda que el Gobierno de Trump ya ha roto el acuerdo comercial con el Pacífico, ha confirmado que renegociará el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, ha amenazado con sanciones a las multinacionales estadounidenses que invierten en el extranjero y ha arremetido contra Alemania acusándola de manipular el euro en detrimento de EU.
Precisamente, el presidente del Bundesbank alemán, Jens Weidmann, ha mostrado hoy su preocupación «por el rechazo de los mercados abiertos y los tonos proteccionistas» de la Administración Trump.
«El intercambio y la competencia internacional fomentan la difusión de nuevas ideas productivas y productos nuevos mejores. De este modo aumentan la productividad y permiten ofrecer bienes más baratos y pagar a los empleados más productivos salarios más elevados», ha dicho Weidmann en un acto en Hamburgo.
La actitud de Trump podría cambiar en el futuro, pero, como señala Fitch, el tono agresivo del presidente americano y de los miembros de su gabinete no hace presagiar, precisamente, un camino de rosas en los procesos negociadores que se avecinan, «ni sugiere que haya demasiado margen para el compromiso».
Por Confirmado: Ismeidy Pico
El Economista