La fiscalía surcoreana volvió a solicitar prisión para el presidente del grupo Samsung, Lee Jae-yong, en la apelación presentada ante el Alto Tribunal de Seúl en relación con el veredicto emitido este año sobre una polémica fusión empresarial que afectó a dos filiales del conglomerado en 2015.
Los fiscales han pedido cinco años de prisión para Lee, además de una multa de unos 500 millones de wones (unos 356.000 dólares) al formalizar su recurso contra la sentencia que emitió en febrero una corte de Seúl, que exoneró al ejecutivo de los 19 cargos que se le imputaron en 2020, entre ellos fraude contable o manipulación de activos bursátiles.
La Fiscalía considera que el grupo infló los precios de Cheil, una de las filiales envueltas en la fusión de 2015, y redujo los de la otra subsidiaria, Samsung C&T, mediante la difusión de información falsa y la presión ejercida sobre el Servicio Nacional de Pensiones, uno de los principales accionistas de la segunda empresa, para que apoyara la operación.
Los investigadores estiman que el grupo orquestó esta operación para poder fortalecer aún más el control de Lee sobre el grupo justo un año después de que su padre y entonces presidente del conglomerado, Lee Kun-hee, sufriera un infarto cerebral que lo dejó inhabilitado hasta su muerte en 2020.
El tribunal de Seúl concluyó en su sentencia de febrero que solidificar el liderazgo de Lee no fue el único propósito de la fusión y que no detectó ninguna evidencia que demostrara que la operación supuso pérdidas financieras a los accionistas.
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