Con un precio del crudo en torno a los 100 dólares, Pdvsa enfrenta requerimientos financieros para cumplir con sus compromisos y ante las necesidades ha buscado diversas fuentes de recursos, siendo una de ellas el Banco Central de Venezuela (BCV).
Las estadísticas oficiales muestran que el financiamiento del BCV a la petrolera sigue en ascenso y en un período de seis meses se duplicó.
Pdvsa, además de las actividades medulares, tiene que atender las obligaciones impuestas por el Ejecutivo nacional como las misiones, el plan de vivienda, los pasivos laborales y los proyectos agrícolas e industriales, y para poder cubrir esos programas acude a los entes del sector público.
Según datos de la base monetaria, al cierre del 28 de junio del pasado año la ayuda del instituto emisor a la estatal petrolera estaba en 182,6 millardos de bolívares, al 20 de diciembre alcanzó los 408,9 millardos de bolívares. De manera que en un semestre subió 124%.
Aunque en el último trimestre la industria petrolera orientó parte de una emisión de bonos de 4,5 millardos de dólares al BCV para saldar sus obligaciones, el impacto fue leve, debido a que las peticiones de recursos fueron constantes.
Ese ciclo de financiamiento del ente a la petrolera arrancó en 2010 cuando el Central adquirió unos pagarés que Pdvsa había emitido a favor de la Oficina Nacional del Tesoro y desde ese periodo la ayuda no ha cesado. De hecho, las cifras disponibles muestran que entre diciembre de 2011 y diciembre de 2013 la asistencia tuvo un repunte de 195%.
Consecuencia
Ese financiamiento del Banco Central a Pdvsa ha tenido consecuencias y una ha sido la alta inflación.
Analistas han explicado que con esa asistencia se cubre parcialmente el déficit del sector público, pero si bien disminuye la brecha, ello se paga con el aumento de precios.
Pdvsa para recibir el financiamiento entrega al BCV papeles. Luego el instituto emisor asigna los recursos con los cuales la petrolera atiende los compromisos (misiones, pagos a contratistas, entre otros).
En la medida que aumentan esos desembolsos se presionan los precios. El pasado año se cerró con una inflación de 56,2%, nivel que no se alcanzaba desde 1996 cuando se desmontaron los controles de cambio y de precios y hubo un programa de ajuste macroeconómico.
Los analistas han explicado que mientras el Banco Central siga fabricando bolívares para atender las necesidades de la petrolera el control de la inflación se dificulta.
Firmas como Ecoanalítica calculan que este año el Índice Nacional de Precios estará en 75%, mientras que la meta prevista en el presupuesto es de entre 26 y 28%.
Fuente: El Universal