Con veinticuatro horas de antelación al calendario oficioso, François Fillon, candidato conservador a la presidencia de la República, ha sido inculpado por los presuntos delitos de apropiación, ocultación, malversación y extorsión de fondos públicos.
A treinta y nueve días de la primera vuelta de la próxima elección presidencial, el 23 de abril próximo, se trata de un aldabonazo esperado, de previsible influencia en el voto definitivo, el 7 de mayo que viene.
A primeros de enero, Fillon anuncio que retiraría «automáticamente» su candidatura a la elección presidencial, si la justicia lo inculpaba por algún tipo de delitos. Semanas más tarde, el candidato conservador denunció un intento de «asesinato político», a través de un procedimiento judicial que considera injusto, concebido, a su modo de ver, como «arma desestabilizante» para destruir su carrera política.
Denunciado el intento de asesinato político, Fillon decidió hacer campaña electoral contra el procedimiento jurídico en curso y contra la «campaña periodística» de la que se considera víctima.
Antes de conocerse la esperada inculpación, los sondeos anunciaban la eliminación de Fillon en la primera vuelta, con unas intenciones de voto que oscilaban, hasta ayer, entre el 19 y el 20 %, en la primera vuelta. Marine Le Pen, extrema derecha, y Emmanuel Macron, cuenta con un 26 / 27 % y 25 %.
En previsión de su inculpación anunciada, toda la campaña de Fillon reposaba, desde hace días, en la defensa apasionada de su proyecto de «ruptura», muy liberal en lo económico y muy conservador en lo social y cultural.
Fillon todavía espera el «hundimiento» de Emmanuel Macron y una «reconquista» del electorado perdido durante los dos últimos meses.
Los cargos y sospechas que pesan judicialmente, desde la mañana del martes, son más graves de lo esperado. La apropiación, ocultación, malversación y extorsión de fondos públicos, comporta dudas de palmaria gravedad.
La justicia sospecha que Fillon ofreció a su esposa Penelope y dos de sus hijos un presunto empleo ficticio, que les permitió cobrar más de 900.000 euros, como presuntos asistentes parlamentarios. El matutino popular «Le Parisien» ha revelado que los hijos de Fillon transferían a las cuentas bancarias de sus padres parte de los salarios cobrados gracias a sus presuntos empleos ficticios, sin prestaciones laborales conocidas.
Fuente: ABC
Por Confirmado: Gabriella Garcés