Revisar los 100 años de archivo de PANORAMA es encontrar, a cada vuelta de página, una marca marabina particular: “Primer trasplante de riñón (1963)”, “Los primeros quintillizos (1968)”, “La mayor tragedia aérea del mundo (1969)”, “Un pingüino en Maracaibo (1955)”.
Pero la habilidad marabina por imponer récords le viene aun desde antes de existir. Fue en el Lago de Maracaibo donde nació el nombre de Venezuela. Fue aquí donde vivió el último capitán español. Fue Maracaibo la última provincia en unirse a la causa patriota… Y así, sucesivamente, la ciudad ha ido cambiando un trofeo por otro.
Este especial audiovisual muestra esos 100 récords, esas muestras de cómo ha llegado la ciudad a desarrollar una personalidad única son las que se condensan en el video: Maracaibo 100 récords, en honor al aniversario de la ciudad.
Los problemas la aquejan al llegar a sus 485 años. Solo 15 la separan del medio milenio, privilegio al que solo han llegado otras dos ciudades venezolanas: Cumaná, llamada “La Primogénita” y Santa Ana de Coro, Patrimonio Cultural de la Humanidad.
La multiculturalidad que bien retratan los historiadores al referirse a la época colonial halló en la ciudad su máxima expresión. Maracaibo tiene su cadencia particular al hablar, el voseo que ha sido objeto de estudios de lingüistas y filólogos hispánicos.
Su ubicación geográfica la mantuvo aislada del resto de Venezuela por años: por tres siglos era más fácil salir a Aruba y Curazao —o a Colombia— que llegar a Caracas. Y fue precisamente esa barrera natural la que consiguió que la ciudad tenga esa personalidad tan propia.
“Esta es la ciudad más bella que existe en el continente, tiene Lago, china y Puente, gaita y hospitalidad”, cantó Ricardo Portillo a ritmo de gaita, la expresión musical que hizo del cuero y la madera, materia prima para cantar a las bondades —y problemas— de la ciudad, con especial predilección en su advocación mariana local: la Virgen de Chiquinquirá.
La imposición de récords nacionales continúa: la ciudad tiene el mayor consumo eléctrico nacional, ninguna otra le gana en la ingesta de bebidas gaseosas, no se ven en las calles de otra ciudad venezolana más carros por puesto ni en tan precarias condiciones.
Esa es Maracaibo: la única, la genuina. La inimitable. La que tiene, en las manos de sus habitantes, la esperanza de crecer y ser óptima. Tarea impostergable para los 500 años, en 2029.
PANORAMA