Los bancos de Estados Unidos pidieron prestado 164.800 millones de dólares a la Reserva Federal esta semana, una señal de las crecientes tensiones de financiación tras la quiebra de Silicon Valley Bank.
Esta liquidación se produjo por la dificultad de SVB de vender sus activos para obtener liquidez. Los mercados están exigiendo a las entidades bancarias tipos de interés más alto a cambio de entregarles dinero en efectivo para asumir, por ejemplo, una retirada de depósitos.
Para evitar más casos en el que un banco tenga los activos, pero no la capacidad de convertirlos en liquidez, la Fed está poniendo sobre la mesa una línea de crédito histórica.
Los datos publicados por la Fed mostraron 152.850 millones en préstamos de la ventana de descuento, el respaldo de liquidez tradicional para los bancos, en la semana que terminó el 15 de marzo, un récord histórico y que deja en nada los 4.580 millones de la semana anterior. El máximo histórico anterior fue de 111.000 millones, alcanzado durante la crisis financiera de 2008.
Los datos también mostraron 11.900 millones en préstamos a través del nuevo mecanismo de emergencia de la Fed, conocido como el Programa de financiamiento a plazo bancario, que se puso en marcha el domingo.
La Reserva Federal ofrece a los bancos desde ese día la posibilidad de recibir préstamos a cambio de bonos, hipotecas y otros activos de alta calidad, a su valor facial (el precio que tenía ese bono en el momento de su emisión) a un tipo de solo el 0,1% por encima del interés que se cobra a los bancos por préstamos a corto plazo. Tradicionalmente, los bancos centrales cobran un interés mucho más altos por esta ‘liquidez de emergencia’.
En conjunto, el crédito otorgado a través de los dos respaldos muestra un sistema bancario que aún es frágil y enfrenta un ‘tsunami’ de movimientos en los depósitos a raíz de la quiebra de Silicon Valley Bank y Signature Bank.
Un préstamo de 142.800 millones
Al margen de estas cifras, la Federal Deposit Insurance prestó cerca de 142.800 millones a los bancos que asumieron los depósitos de los bancos quebrados. En total, el balance de la Fed se ha disparado en 300.000 millones de dólares desde la quiebra de SVB.
A partir del jueves por la tarde, los bancos más grandes del país acordaron un plan para depositar alrededor de 30.000 millones en First Republic Bank en un esfuerzo orquestado por el Gobierno de Joe Biden para estabilizar el sector financiero, aún inestable y lleno de incertidumbre tras el colapso de varios bancos.
El Tesoro de EEUU y la Corporación Federal de Seguros de Depósitos intervinieron y ejercieron poderes inusuales durante el fin de semana para proteger a todos los depositantes tanto de SVB como de Signature. Por lo general, los depositantes solo están asegurados hasta 250.000 dólares.
JPMorgan estimó en US$2 billones la liquidez
La Fed también tomó la medida extraordinaria de ampliar la red de seguridad al garantizar que los bancos tendrían suficiente liquidez para satisfacer todas las necesidades de depósito. El BTFP permite a los bancos ofrecer garantías gubernamentales a la par, a cambio de un préstamo a un año. Los funcionarios del gobierno dijeron en ese momento que había suficiente garantía en el sistema bancario para cubrir a todos los depositantes.
Los analistas de JPMorgan estimaron en 2 billones de dólares el nivel superior de la cantidad de liquidez que podría proporcionar en última instancia el nuevo respaldo, aunque también desarrollaron un cálculo menor de alrededor de 460.000 millones de dólares en función de la cantidad de depósitos no asegurados en seis bancos estadounidenses que tienen la mayor proporción de depósitos no asegurados sobre el total de depósitos.
El Nacional