Las FARC denunciaron la muerte de uno de sus miembros, un prisionero político a quien, según la guerrilla, “se le negó tratamiento médico”, al tiempo que recordaron al Gobierno de Colombia su “deber de protección y cuidado” con los privados de libertad.
El guerrillero encarcelado, Jhon Jairo Moreno Hernández, falleció el viernes 5 de febrero “en pleno cautiverio” en un hospital colombiano, debido a una “enfermedad hepática que venía padeciendo desde el año 2013”, según dieron a conocer en un comunicado los negociadores del grupo rebelde en los diálogos de paz de La Habana.
La insurgencia reveló en su web oficial que, de acuerdo a diversas organizaciones defensoras de los derechos humanos, “la enfermedad fue tratada negligentemente por parte de las autoridades penitenciarias y carcelarias” colombianas.
Estas no brindaron a Moreno Hernández “la atención especializada que su caso requería debido a la dilatación de los procedimientos y tratamientos médicos”, afirman los rebeldes.
Según las FARC, el fallecido formaba parte de los “71 presos políticos gravemente enfermos” por los que trataron de interceder grupos de DD.HH. y personalidades internacionales como el premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, debido a que “su enfermedad era incompatible con la vida en reclusión”.
“Lamentablemente esta súplica nunca fue escuchada por parte del Gobierno”, señalan las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Unión Radio