Indignados, en medio de su dolor, se encuentran los familiares de las personas que desaparecieron el año pasado en la frontera colombo-venezolana, ante las más recientes declaraciones del gobernador del Táchira, José Vielma Mora, en torno a las osamentas de 12 personas halladas en Ureña, de las que presumió que “podría tratarse de paramilitares”.
Tal como ha ocurrido en los últimos días, a las puertas de la morgue del Hospital Central de San Cristóbal, ayer otro grupo de familias estaba a la espera de información sobre la identidad de las víctimas. Hacia las 10:30 de la mañana, una representante del Ministerio Público llamó a varias de ellas para tomarles entrevista, para conocer cuándo, dónde, cómo vestían y en qué circunstancias desaparecieron sus parientes, a fin de nutrir con esta información el informe que, de cada una de las osamentas, están elaborando, lo que contribuirá a la identificación.