Familiares de víctimas de violaciones de derechos humanos por parte de la dictadura de Nicolás Maduro, exigieron a la Fiscalía de la Corte Penal Internacional, que se haga justicia por los crímenes de lesa humanidad que llevan años cometiéndose de manera impune en Venezuela.
Durante el tercer foro “Las víctimas le hablan al fiscal de la CPI Karim Khan”, organizado por la Comisión Presidencial para los Derechos Humanos y Atención a las Víctimas del Gobierno Legítimo, diferentes familiares de víctimas relataron como opera la dictadura.
Ghina Rodríguez, esposa de Guillermo Sánchez, asesinado en 2014 por colectivos en Carabobo durante una protesta, aseguró que en Venezuela la justicia no existe.
Rodríguez recordó como ese día funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) distribuían armas a los colectivos para reprimir las manifestaciones en contra de Nicolás Maduro.
Igualmente, condenó que al autor del disparo mortal solo le dieron 5 años de casa por cárcel, mientras que los funcionarios que les entregaron las armas a los colectivos y los antisociales que patearon a su esposo cuando estaba muriendo en el suelo, aún siguen en completa libertad.
La petición de Ghina Rodríguez a la CPI es que se “escuche a las víctimas y se les abra juicio a quienes están cometiendo crímenes de lesa humanidad”.
DESAPARECIDO POR EL DGCIM
Otra de las víctimas que claman por justicia es Beatriz Marino, a quien funcionaros de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim) le desaparecieron a su hijo, Hugo Marino, en 2019, buzo especializado en investigar accidentes aéreos.
Hugo Marino fue secuestrado en el aeropuerto internacional Simón Bolívar y, desde entonces no se sabe nada de su paradero, aunque fuentes extraoficiales le habrían revelado que se encuentra en la sede de la Dgcim en Caracas.
Beatriz Marino asegura que el principal responsable es Nicolás Maduro, así como otras autoridades de la cadena de mando del régimen que ni siquiera se han pronunciado sobre la desaparición de Hugo Marino.
TORTURAS EN CALABOZOS DEL RÉGIMEN
Los padres del primer teniente del Ejército Franklin Caldera, denunciaron que su hijo es víctima de torturas frecuentes en la sede de la Dgcim en Caracas.
“Fue capturado en febrero de este año en Colombia por funcionarios de la Dgcim y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y fue trasladado a Caracas. El primer teniente había huido tras desertar de las filas militares”, contó su padre Franklin Caldera, quien pudo verlo en mayo.
Su hijo primero fue enviado a un sitio llamado “La Cueva”, donde lo tuvieron 12 días, solo estuvo tomando agua y fue víctima de torturas. Posteriormente, logró escapar, pero los esbirros del régimen lo encontraron y le dispararon en la pierna para que no pudiera huir más.
Seguidamente, a pesar de ser llevado al Hospital Militar Carlos Arvelo, no fue atendido ni operado de sus múltiples heridas de tortura, que además del impacto de bala incluían politraumatismo craneal.
Su padre relató que de allí pasó a ser torturado en la “Casa de los sueños” en la Dgcim.
Caldera exige que no hayan más crímenes de lesa humanidad en el país y que cese la persecución contra los familiares de las víctimas.