Los medicamentos para tratar patología se consiguen con dificultad. Quienes la padecen afirman que la carestía de los productos apresura el avance de la enfermedad
Los primeros síntomas se le manifestaron hace 12 años. Entonces, Javier Henríquez tenía 38. Unos leves temblores en su mano izquierda lo pusieron en alerta. Era un hecho: algo no andaba bien. Tras haber sido evaluado por un especialista llegó el diagnóstico, nada favorable: Enfermedad de Parkinson (EP). Un caso muy raro. La excepción de la regla, porque el desorden neurológico suele presentarse después de los 50 o 60 años.
No es exagerado decir que la EP le cambió la vida a Henríquez. Antes de que los síntomas comenzaran a manifestarse y, posteriormente, a intensificarse, era dueño de un puesto de comida rápida. Ahora él, quien está casado y tiene cinco hijos, no puede trabajar y depende económicamente de su familia. “Esta es una enfermedad que te limita y te afecta emocionalmente”, contó.
La EP no retrocede. Es un trastorno crónico degenerativo que se produce por la destrucción de las células que fabrican en el cerebro una sustancia llamada dopamina, responsable de transmitir la información necesaria para el control de los movimientos. Lo único que logra aliviar los efectos directos y colaterales del padecimiento es una batería de fármacos que, desde hace algunos meses, están escasos en el país.
-¿Qué implica para un paciente con EP no tomar las medicinas?
-La falta del medicamento implica estar en crisis: padecer temblores incontrolables, por ejemplo; y favorece el avance de la enfermedad -dijo Henríquez, quien además de ser paciente es creador de la Fundación Amigos con Parkinson de Falcón.
Él sabe bien de lo que habla. En los últimos ocho meses ha tenido por lo menos dos crisis por falta de medicamentos.
También lo sabe la neuróloga y presidenta de la Sociedad Venezolana de Neurología (SNV), Luisa Del Moral.
“Es sumamente triste ver cómo llegan a nuestros consultorios pacientes totalmente descompensados, temblando, que no pueden ni siquiera mantenerse en pie, porque no consiguen los tratamientos”, explicó.
Ausentes
El abastecimiento de fármacos para trastornos neurológicos comenzó a fallar hace más de un año, entre ellos los requeridos por pacientes tratados por EP. La carestía se ha agudizado en los últimos meses, manifestó Henríquez.
En junio de 2014, la SVN entregó al Ministerio del Poder Popular para la Salud (Mpps) un documento en el que se detalla cuáles eran los medicamentos que escaseaban.
“Yo, personalmente, llevé hasta el ministerio la carta en la cual especificamos los nombres comerciales, el principio activo y las diferentes presentaciones de cada uno de los medicamentos requeridos para tratar patologías neurológicas. Me firmaron el recibido, pero a la fecha no hemos obtenido respuesta”, dijo Del Moral.
En enero de 2015, el Ejecutivo nacional, en Gaceta Extraordinaria N° 6.169, ordenó la agilización de trámites y mecanismos para efectuar la importación de los medicamentos indicados a pacientes de Alzheimer y Parkinson. Pero la escasez persiste.
En las redes sociales, Sinamet, fármaco regulado empleado en el tratamiento del EP cuyo compuesto activo es levodopa, es uno de los más solicitados.
Del Moral aseguró que, en general, los medicamentos para detener el avance del trastorno, en cualquiera de sus presentaciones, están escasos en todo el país. “No sabemos cuál es la causa. Hacemos un llamado a los entes gubernamentales para que garanticen a los pacientes sus tratamientos”, resaltó la especialista de la salud.
Sin data
No es posible calcular cuántos ciudadanos están afectados por la escasez de fármacos para tratar la EP, porque no hay data oficial que indique cuántas personas la padecen.
Del Moral indicó que a diario se diagnostican casos en el país y que en los últimos años han registrado una mayor incidencia de la patología. “Quizás porque la gente está más informada y se hacen detecciones tempranas”, explicó.
Alejandra Rodríguez Álvarez
El Tiempo