Haciéndose pasar por sacerdote, Germán Restrepo Quintero se ganó la confianza de la comunidad que asistía a la iglesia Jesús de la Buena Esperanza de Cúcuta, en el departamento de Norte de Santander, la cual nunca se imaginó que terminaría violando a varias niñas y mujeres a las que narcotizaba. El hombre ya había sido condenado años atrás por fingir ser médico.
Restrepo Quintero creó un grupo de semilleros para niñas menores de edad en la parroquia donde ofrecía eucaristía. Para ingresar, las participantes debían beber una supuesta agua bendita, con la que las drogaba para posteriormente violarlas. Así lo dieron a conocer familiares de algunas de sus víctimas.
«Él utiliza un agua de vida (…) muchas de ellas decían que se sentían mareadas y ahí era donde él aprovechaba para abusar de ellas (…) Mi hija fue víctima de este señor y pido justicia. Esto está en manos de la Fiscalía, pido que lo capturen», contó a RCN Radio la madre de una víctima; quien agregó que las niñas están «desestabilizadas emocionalmente».
Debido al hecho, la diócesis de Cúcuta y la Arquediócesis de Bogotá investigaron al supuesto sacerdote y aclararon que el hombre nunca ha pertenecido a la Iglesia Católica. «Él pertenece a una congregación que se llama CRE, una iglesia ortodoxo-cristiana», dijo el vicario general de la Diócesis de Cúcuta, padre Israel Bravo Cortés.
Asimismo, un colaborador cercano a Restrepo Quintero contó al medio radial que él ha cambiado varias veces de congregación, de donde ha salido siempre en malos términos. Y en varias ocasiones ha manifestado ser de distintas iglesias, sin ser coherente.
La Fiscalía investiga las denuncias de las víctimas que se atrevieron a contar lo sucedido. Y recordaron que en 2005 Restrepo Quintero fue condenado a 37 meses de prisión por causar daños graves a la salud de varios pacientes que atendió en el municipio de Soacha, haciéndose pasar por médico homeópata.
Infobae