Falcón: “El Gobierno perdió la calle porque se atrincheró en su complejo”

Falcón: “El Gobierno perdió la calle porque se atrincheró en su complejo”

Gobernador señala que el referendo “baja la presión social”
El mandatario regional larense señaló en visita a El Universal que la situación del país “es sumamente grave” y que “pueden venir escenarios sobrevenidos que no le convienen a nadie”

 

 

 

Falcón: “El Gobierno perdió la calle porque se atrincheró en su complejo”

 

 

 

Siempre apostando al diálogo y a la resolución pacífica de la crisis que vive el país, el gobernador de Lara, Henri Falcón, visitó la semana pasada la redacción de El Universal.

 

 

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El mandatario regional señaló, en conversación con Elides Rojas, vicepresidente de Información; Miguel San Martín, jefe de Información; y este reportero, que la situación venezolana es muy grave, que los lapsos políticos pueden verse desbordados por la conflictividad social, y que “en Venezuela hay hambre, porque el salario de 30 días te alcanza para comer cinco”, agregando que “nadie quiere una situación sobrevenida, pero si esto llegara a suceder, hace falta un Gobierno de unidad nacional”.

 

 

-¿Cómo observa la situación del país? ¿Cuál es su evaluación del momento político?

 

 

 

-Yo salgo a caminar en Barquisimeto a las 5 de la mañana, y a esa hora veo por lo menos seis colas. ¿Qué ves tú allí? Pobres, gente que si está allí a las 5 a.m. es porque se levantó a las 3. Eso que ves allí es la gente que se expresó en esa asistencia masiva a la primera etapa del firmazo. Y eso va a ocurrir en cada lapso, porque el Gobierno perdió legitimidad de origen en la calle. Perdió la calle; porque se atrincheró en su complejo ideológico, profundizó su postura radical; la gente ya no compra eso. La gente quiere que le resuelvan sus problemas; menos retórica, quiere tranquilidad y paz, medicamentos, comida, gas, luz, agua y vivir como vive normalmente un ciudadano en cualquier país. Estamos en una situación muy compleja,

 

 

Las condiciones de Venezuela hoy son diez veces más agudas que lo que marcó al país en 1989
-¿Qué implica el escenario sobrevenido?

 

 

-El escenario sobrevenido es impredecible. Nosotros estamos en pleno desarrollo de un proceso de transición en Venezuela. Nadie lo puede negar, ni siquiera el Gobierno. Los cambios vienen, sin duda; ¿cuándo y cómo? Nadie sabe. Nosotros apostamos al revocatorio; pero Dios no quiera que mañana tengamos un reventón social en la calle que nos conduzca a una guerra civil. Las condiciones de Venezuela hoy son diez veces más agudas que lo que marcó al país en 1989. El epicentro del “Caracazo” fueron Caracas y Guarenas-Guatire. Hoy, todo el país, hasta el rincón más recóndito está en una situación grave, con un aparato productivo caído que se debate entre dos aguas: O paga la deuda o compra comida y medicinas. Estamos hablando de un Estado quebrado económica y socialmente y con una angustiosa crisis política, que pudiera llevar a un problema social que estoy seguro de que nadie quiere.

 

 

-¿Puede la crisis estallar desde dentro del chavismo?

 

 

 

-Yo me imagino que la misma situación de calle que se expresa de mil maneras: En la falta de medicinas, en la gente que tiene hambre porque el salario le alcanza para dos cartones de huevos, un kilo de queso y de pronto cuatro paquetes de harina de maíz, entonces, lo que tu ganas en 30 días te alcanza para comer cinco; ese desorden de calle tiene su reflejo en un desorden del Gobierno. Entonces me imagino como están esas facciones dentro del Gobierno.

 

 

 

Hoy la mayoría de los venezolanos quieren un Gobierno que gobierne. Pero para ello, primero tiene que tener control hacia lo interno. Allí se impone la improvisación, el sectarismo, la arrogancia, la prepotencia; y en condiciones de crisis, todas estas son malas consejeras.

 

 

-Una de las bases fundacionales del chavismo es el 27-F-1989. ¿Qué puede estar pensando a lo interno este grupo de gente que conoce usted bien sobre lo que se vivió esta semana (la semana pasada)?

 

 

-La parte dirigencial acusa a la “derecha fascista”, pero otra cosa es la que piensa el chavismo, que en buena parte se expresó el 6D en contra del Gobierno y de la ineptitud de este, reconocido esto por el propio Gobierno. Buena parte de ese chavismo descontento no quiere escenarios de anarquía, ni confrontación; quiere paz, muchos de ellos estarán firmando.

 

 

-¿Y se puede llamar “chavismo” a parte de la gente que votó por la oposición el 6D?

 

 

-Vamos a hablar de acompañantes del Gobierno en una época y de acompañantes en otra. No podemos desconocer esta realidad. Una de las cosas que nosotros criticamos de manera contundente es la polarización; si algo tenemos que combatir contundentemente es el sectarismo. Tenemos que reconocernos como venezolanos. Segundo respetarnos. Tercero tener un Gobierno que no solo nos reconozca, sino que trabaje para generar bienestar, que incluya, que convoque y que muestre resultados concretos en las aspiraciones de la población sin excepción ninguna.

 

 

-El presidente dice que la iniciativa del referendo no prosperará…

 

 

-La gente no está comiendo casquillo. Eso era antes, están sufriendo el opositor y el chavismo, el de izquierdas y el de derechas; es un asunto de incapacidad. La gente quiere soluciones y no confrontación, menos confrontación y más soluciones, porque aquí está pasando hambre todo el mundo por igual. La gente está pasando hambre y los niños se están desnutriendo, y quien diga que esto no es así, que acuda a una escuela bolivariana.

 

 

 

Nosotros tenemos una agenda política que llevamos adelante en el marco que da la Constitución, pero estamos desarrollando una agenda social de calle, aportando soluciones a los problemas de la gente, en los barrios. La gente entró en una etapa de desesperación y de desesperanza, y esa esperanza se renueva con una consulta.

 

 

 

Los extremistas y radicales en el país son minoría, la gran mayoría de la población está ganada a que nos reconciliemos y busquemos soluciones unidos para el país
-¿Es el revocatorio el camino del medio?

 

 

 

-Es una válvula de escape para paliar la presión social y para entender que esa presión se puede convertir en una reyerta que termine en peleas entre nosotros mismos y una situación de caos que nadie va a poder contener.

 

 

 

-¿Usted cree que el Estado no tiene capacidad institucional para detener las protestas? Lo hizo en Zulia esta semana (la semana pasada) con 3.500 guardias Nacionales…

 

 

 

-Gracias a Dios. Ojalá no tenga que habilitar 3.500 para cada estado. Si el Gobierno sigue divorciado de la realidad del pueblo, va a tener problemas. El enemigo del Gobierno es la calle. 90% del país tiene la percepción de que el Gobierno fracasó. De ahí nuestra propuesta de un Gobierno de unidad nacional.

 

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 Pedro García Otero

El Universal

 

 

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