Fue estrella de calendario. Posó desnuda. Hizo y hace teatro. Se colocó frente a la cámara y el resultado -hace apenas unos días- fue un vídeo con las mejores tomas de un cuerpo espectacular en las playas del balneario de Punta del Este, la versión marbellí -en sus buenos tiempos- de Suramérica. Desde entonces, el nombre de Fabiana Leis está en boca de uruguayos, argentinos y buena parte de los gobiernos de esta parte del mundo. Quizá, también, su imagen se cuele en las conversaciones de algunos presidentes celosos de la zona. ¿Por qué? Porque esta joven, de 33 años, es la secretaria personal de José «Pepe» Mujica, el exguerrillero que, con enorme mano izquierda, hoy comanda el destino de Uruguay.
El presidente más pobre del continente y posiblemente del mundo (dona buena parte de su salario) confía plenamente en Fabiana. Esta mujer está considerada la cara más bella de un Gobierno que se caracteriza por la austeridad y escasa simpatía por los asuntos que la mayoría de la gente considera frívolos.
La imagen de Mujica, más bien desaliñada, amigo de las alpargatas y enemigo de las corbatas, contrasta con la de esta muchacha que no duda en ganarse unos «pesitos» por mostrar lo mejor de su fachada en la revista argentina «Noticias».
«Llevo muchos años sin problemas (en el Gobierno) y superagradecida porque se me respetó mi otro trabajo, que no es fácil», confiesa la modelo, «vedette» y conocedora privilegiada de los tiempos y audiencias oficiales de Mujica, un presidente que, una vez más, ha demostrado no tener prejuicios con sus colaboradores al aceptar el pluriempleo de Fabiana, la fiel secretaria, que, justificando su empleo en Presidencia, se lamenta: «No se puede vivir del arte en Uruguay».
Sobre su jefe opina, prácticamente, lo mismo que media humanidad. «Pepe es del pueblo. Cuando asumió, la gente le ovacionaba… Es impresionante cómo la gente le quiere», observa en «Noticias» antes de recordar que «con el doctor Batlle (Jorge) no pasó eso. La gente le abucheó bastante», en alusión al expresidente de Uruguay entre 2000 y 2005.
La historia de Fabiana en la Administración pública comenzó en el año 2002. Fue entonces cuando entró en la Biblioteca de Presidencia. Sería el comienzo de una carrera con destino a un despacho muy cerquita del que tiene el presidente de Uruguay. Simultáneamente, la joven fue haciendo sus pinitos en el mundo de las maniquíes, la publicidad y la escena. El gran salto -el de la fama- lo dio cuando se convirtió en «chica Feyvi» o, lo que es lo mismo, la cara y el cuerpo (desnudo) del calendario de esa empresa de distribución de repuestos para automóviles que conocen taxistas, camioneros y prácticamente toda la población con carné de conducir -y sin él- de Uruguay.
Desbordada por el éxito de su entrevista en «Noticias», Fabiana celebraba estos días en su cuenta de Twitter: «Me están llamando de todo el mundo». La noticia, visto lo visto, sería que no lo hicieran. Por cierto, aunque dice que no puede «vivir del arte», Fabiana actúa estos días de verano austral en cuatro obras en el hotel Nogaró de Punta del Este, un atractivo más para los veraneantes.
Fuente ABC