Hernández, de 53 años, habría contribuido a introducir 500 toneladas de cocaína en Estados Unidos entre 2004 y 2022 Foto: La Nación
El expresidente hondureño Juan Orlando Hernández, quien se encuentra en Nueva York tras ser extraditado de Honduras, comparece este viernes ante el juez, informaron fuentes del tribunal que instruye su caso.
El ex mandatario, que dejó el poder el 27 de enero tras ocho años en la presidencia, comparecerá de manera telemática, debido al Covid, ante el juez Stewart D. Aaron, del tribunal del distrito sur de Manhattan. La hora todavía debe ser confirmada, citó AFP.
Lo más probable es que el juez decrete su prisión provisional, aunque también podría dejarlo en libertad bajo fianza hasta que se siente en el banquillo para responder por los tres cargos que se le imputan: tráfico de cocaína, y uso o porte y conspiración para uso o porte de armas de fuego, que le pueden acarrear cadena perpetua.
«Hernández está acusado de participar en un esquema corrupto y violento de tráfico de drogas para facilitar la importación de cocaína a Estados Unidos entre 2004 y 2022», dijo el jueves el titular de la cartera de Justicia, Merrick Garland, en una rueda de prensa junto al fiscal del distrito sur de Manhattan, Damian Williams, y la admistradora de la DEA, Anne Milgram.
500 toneladas de cocaína
Hernández, de 53 años, habría contribuido a introducir 500 toneladas de cocaína en Estados Unidos entre 2004 y 2022.
La fiscalía de Estados Unidos acusa a JOH, acrónimo con el que se le conoce en Honduras, de recibir «millones de dólares» de cárteles de la droga, entre ellos un millón de dólares del capo Joaquín «Chapo» Guzmán, que cumple cadena perpetua en Estados Unidos, y de crear un «narcoestado» en los ocho años que fue presidente de Honduras (2014-2022).
Los acusadores alegan que el dinero de la droga le sirvió no solo para enriquecerse -a principios de mes las autoridades hondureñas incautaron al ex mandatario su casa y decenas de propiedades, productos financieros y otros bienes- sino que sirvió para «financiar su campaña política y cometer fraude electoral» en los comicios presidenciales de 2013 y 2017.
Ello, a cambio de proteger a traficantes de droga, asegura la fiscalía.
«Soy inocente y estoy siendo sometido a un proceso de manera injusta», dijo Hernández en un video divulgado en Tegugigalpa horas antes de abordar el avión de la DEA que el jueves lo trasladó a Estados Unidos.
Grupos opositores hondureños tenían previsto «dar una calurosa bienvenida al narcotraficante» este viernes a las 14H00 locales en una manifestación frente al tribunal de Manhattan.
¿Castigo ejemplar?
Se desconoce si el exgobernante, que incluso llegó jactarse de los elogios de Washington por la labor de su gobierno en la incautación de drogas y la lucha contra el crimen organizado, podría llegar a algún acuerdo con la fiscalía para ver reducida su pena.
Pero la justicia estadounidense parece querer enviar un mensaje claro, como ya lo hizo con su hermano, el exdiputado Juan Antonio «Tony» Hernández, que cumple cadena perpetua por narcotráfico en Estados Unidos.
Garland advirtió que su departamento «está decidido a desbaratar todo el ecosistema de las redes de tráfico de droga que dañan a los estadounidenses», independientemente de dónde estén y quién esté detrás.
La extradición de Hernández debería «enviar un claro mensaje» a los líderes extranjeros que «abusan corruptamente de su poder para apoyar a los cárteles de la droga», dijo por su parte la jefa de la DEA.
«Si creen que pueden esconderse detrás de su cargo, están equivocados», advirtió Milgram.
Hernández culpa de su situación a las acusaciones «en base a mentiras» de los capos de la droga que su gobierno ayudó a extraditar y que buscarían acuerdos con la fiscalía estadounidense para reducir sus penas.
Uno de los testigos del juicio contra el narco hondureño Geovanny Fuentes Ramírez, también condenado de por vida en Estados Unidos, llegó a decir en el juicio que había oído decir a JOH que iban a «meter la droga a los gringos en sus propias narices» sin que se dieran cuenta.
Además de Tony Hernández y Fuentes, Fabio Lobo, hijo del expresidente hondureño Porfirio Lobo (2010-2014), cumple 24 años de cárcel por tráfico de cocaína.
El exjefe de la Policía Nacional hondureña Juan Carlos «El Tigre» Bonilla, acusado de «supervisar» las supuestas operaciones de narcotráfico de JOH, aguarda también su extradición a Estados Unidos.
AFP