El economista Victor Álvarez conversó con empresarios venezolanos, sobre el comunicado emitido por la Cámara de Comercio de EEUU, el cual señala que las sanciones contra Venezuela afectan los intereses económicos y financieros de dicho país, agravan la crisis económica y social de Venezuela y finalmente han terminado beneficiando a Nicolás Maduro.
Cabe destacar que, la Cámara de Comercio estadounidense realizó recomendaciones al presidente Joe Biden, para recalibrar las sanciones financieras, de manera que no afecten las operaciones de la compañías estadounidenses en Venezuela.
Al respecto, Jorge Botti, empresario y expresidente de Fedecámaras señaló que, la Cámara de Comercio de EEUU es un organismo poderoso que hace lobby sobre el Departamento de Estado y es la comunidad empresarial más solida de ese país.
«Pero no es el único gremio que hace presión sobre Washington» aclara. Botti asegura que para lograr que se flexibilicen las sanciones a Venezuela, también hay un lobby petrolero desde Texas y uno desde Wall Street a través de los tenedores de bono.
A su juicio, los gremios empresariales venezolanos, además de buscar una alianza con sus colegas norteamericanos para garantizar la flexibilización de las sanciones, tienen que entender que esas libertades para sus negocios, deben venir acompañadas por elementos de negociación para la reinstitucionalizacion de Venezuela y la reinserción en mercados internacionales, «sino no va a venir el milagro esperado», advirtió.
Por su parte, otro expresidente de la patronal venezolana, Jorge Roig, recordó que Fedecámaras fue muy criticada, luego de decir por años lo mismo que ahora dice la Cámara de EEUU y es que hay que buscar un sistema diferente para alcanzar una negociación, porque las sanciones son perjudiciales para la población y los empresarios.
Fedecámaras siempre tuvo razón, hay que buscar «sanciones más convenientes, no todas son malas o buenas, pero hay que repensar ese sistema que obliga al gobierno venezolano a acercarse a la oposición», reiteró Roig.
Considera que, el rol del sector empresarial venezolano debe ser tratar de preservar «ese emprendimiento en condiciones tan adversas, sembrar optimismo y hacer presión con cuerpos internacionales y compañías de EEUU y la UE que hacen vida en el país, para un desenlace feliz en cuanto a las sanciones. Lo ideal es que haya una alta presión para el diálogo político, pero que a la vez puedan producir y abastecer el mercado nacional».
Fuente: Banca y Negocios