Expertos de la ONU regresaron el miércoles a Damasco para investigar los numerosos ataques con armas químicas en el conflicto sirio, al tiempo que Rusia y los países occidentales negocian una resolución de Naciones Unidas para obligar a Siria a eliminar su arsenal químico.
En el terreno, la rebelión, que combate al régimen de Bashar al Asad desde hace más de dos años, se fractura, tras la ruptura de los grupos islamistas con la oposición política y el anuncio de una nueva alianza con un grupo vinculado a Al Qaeda. Esta decisión pone en apuros a las potencias occidentales, que apoyan a la oposición política y armada, actualmente debilitada y desunida frente al régimen sirio.
Dirigido por Aake Sellström, el equipo de expertos llegó a Damasco en un convoy de tres vehículos de la ONU para investigar si se utilizaron armas químicas en catorce ocasiones durante los combates en el país. El objetivo de los inspectores es presentar un informe a finales de octubre.
El mes pasado, el equipo de la ONU llegó a la conclusión de que el 21 de agosto se usaron armas químicas a gran escala en las afueras de Damasco, como reportó en un informe presentado el 16 de septiembre, sin indicar los responsables.
Para Washington, París y Londres, este informe no daba lugar a dudas respecto a la «responsabilidad extremadamente clara» del régimen sirio, mientras que Rusia, aliada de Damasco, reclamaba la vuelta de la misión a Siria para investigar sobre otros ataques presuntamente llevados a cabo por los rebeldes.
Fuente: Agencias