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Expertos: ‘Detrás del 5% de los crímenes hay una mujer implicada’

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Expertos: ‘Detrás del 5% de los crímenes hay una mujer implicada’

Son frías, calculadoras y metódicas. Algunas buscan “liberarse”, otras tienen sed de venganza. Algunas no “nacieron para matar”, otras tienen como único objetivo “hacer daño por hacer daño”.

 

 

 

Con estas palabras, especialistas en el área de psicología describen el perfil de las mujeres asesinas.

 

 

 

“Están aquellas que no son antisociales ni están hechas para matar, sino que en defensa propia se cansan de ser sumisas y llegan a cometer un crimen. Otras, voluntariamente se involucran en bandas delictivas y se dedican a delinquir o al crimen por encargo. Su único objetivo es hacer daño por hacer daño”, explicó la psicólogo Edrey Rojas.

 

 

 

En todo el mundo, los crímenes perpetrados por el mal llamado “sexo débil” ocupan una muy pequeña parte de las estadísticas.

 

 

 

Solo detrás del 5% de crímenes perpetrados en todo el mundo hay una mujer implicada, según revela un estudio mundial sobre el homicidio de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc). El estudio, publicado en 2014, señala que “cerca de 95% de los homicidas a escala global son hombres”.

 

 

 

En Venezuela, los casos en los que se han visto involucradas las mujeres en diferentes delitos han aumentado con el paso de los años.

 

 

 

Mónica Mosquera, del Hospital Psiquiátrico de Maracaibo, atribuye esto a una cuestión—más que de sexo— de género y cultura.

 

 

 

“El hombre expresa más la violencia. Culturalmente, tiene más poder emocional, psicológico y económico (…) son capaces de hacer cosas buenas o malas de mayor magnitud. La mujer, culturalmente, es el sexo débil, se presta para ser la parte dulce de la familia, de la sociedad, la que cría a los hijos (…)”.

 

 

 

La psicólogo Edrey Rojas coincide con Mosquera y recalca que las altas estadísticas de hechos delictivos perpetrados por los hombres tienen que ver mucho con el hecho de que el hombre es más posesivo y territorial.

 

 

 

“La estructura mental del hombre y la mujer son diferentes. El hombre es más dominante y territorial. Biológicamente, la mujer no es tan posesiva. Por características de género, son más fiables de cuidar y proteger; son más sociables, se preocupan más por la familia y por las relaciones interpersonales”, afirma Rojas.

 

 

 

El criminólogo y abogado penalista Luis Izquiel explica que los crímenes perpetrados por las mujeres están dejando de ser casos de poca ocurrencia debido a que la cultura de la violencia que existe en el país “ha permeado también en las mujeres”.

 

 

 

“La violencia generalizada se ha inoculado en la sociedad. Las reacciones ante cualquier discusión entre las personas o diferencias es probable que se ‘solucionen’ con la violencia y las mujeres no escapan de ella. Muchas veces esto ocurre para defenderse de la violencia intrafamiliar. Un alto porcentaje de crímenes perpetrados por mujeres lo cometen contra sus propias parejas. Aún así, la cifra de homicidios cometidos por mujeres sigue siendo minoritaria por su propia condición de mujer, que la hace menos violenta”, dijo.

 

 

 

Uno de estos casos de violencia intrafamiliar que terminó en desgracia se registró la madrugada del pasado 24 de junio, en el barrio Agua de Dios, en el sector Cañada Honda, de Maracaibo, donde la maestra Mónica Abreu (39), asesinó de una puñalada en el corazón a su marido, Luis González (29).

 

 

 

Luis, borracho, la había sacado de un sitio donde ella estaba bebiendo y por la fuerza la encerró en la casa donde vivían, contaron en ese momento los vecinos. La misma Mónica confesó a los detectives del Cicpc que Luis la golpeó al llegar a la casa hasta que se cansó y luego se fue a su cuarto, pero ella insistía en salir, lo que no podía hacer porque González tenía las llaves.

 

 

 

“Presuntamente, se produjo una segunda discusión entre ellos y ella se fue hasta la cocina, tomó un cuchillo y se lo clavó en el pecho cuando él la tenía sujetada por el cuello”.

 

 

 

Tres días después ( 27 de junio), Giorgia Castillo Rueda asesinó a puñaladas a la actual pareja de su ex marido, Maira Alejandra Lugo Olivares, de 27 años, y quien tenía 7 meses de gestación.

 

 

 

Otra historia tuvo lugar en el sector El Curricán, de El Moján: Jéssica Espina Espina, de 34 años, mató a su bebé, recién nacido, lanzándolo a un pozo séptico. El suceso se registró 17 de agosto.

 

 

 

La psicóloga Edrey explica que este tipo de mujeres presenta un trastorno mental. “Muchas carecen de un modelo paterno. Vienen de familias desestructuradas donde predominan las drogas y el alcohol. Su objetivo es hacer daño por hacer daño”.

 

 

 

En el caso de aquellas mujeres que integran bandas delictivas, recalca que muchas se inician en ese oscuro mundo tomando una participación pasiva, pero a medida que van ‘ganando’ más experiencia, pueden llegar a comandar peligrosas organizaciones criminales.

 

 

 

 

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