Las fallas en el sistema eléctrico en Venezuela ya se han vuelto parte de la rutina, más allá del programa de racionamiento que se aplicó por dos meses y medio. La crisis está ahí, latente, presta a agudizarse en cualquier momento por decisiones que se han tomado desde el Gobierno priorizando intereses políticos sobre los parámetros técnicos.
El año que viene las consecuencias de esta acción se volverán a sentir, revela un trabajo publicado por El Carabobeño.
Raúl González Acuña, ingeniero mecánico especialista en eficiencia energética, explicó que la eliminación del Plan de Administración de Carga se hizo de manera apresurada. Hasta el 1° de julio se ejecutaron los cortes programados, justo cuando el embalse de Guri alcanzó la cota 249 metros sobre el nivel del mar (msnm). “Pero no era suficiente. Se ha debido esperar que llegara al menos a la 260 que es cuando la hidroeléctrica puede funcionar con normalidad”.
Los problemas están por venir. Al imprimirle toda la potencia posible al 70% de la generación termoeléctrica que está operativo durante la sequía prolongada, los mantenimientos quedaron desplazados. Eso hay que hacerlo. “Se deben parar las pocas unidades en funcionamiento para evitar males mayores, y cuando eso pase, el Guri se pondrá a trabajar a todo lo que da y su nivel descenderá”.
El especialista alertó que al trabajar sobre la base de fenómenos climatológicos nunca se le dará solución a la crisis. Se debe invertir y tomar decisiones técnicas y no políticas.
Las alternativas
Venezuela tiene buenas posibilidades de hacer uso de sus energías renovables para encarar la coyuntura eléctrica. “Tenemos el recurso”. El indicador de hora solar pico es claro: El país tiene de seis a siete horas solares pico, mientras que Alemania, que es la nación con mayor capacidad instalada en Europa tiene entre 1,1 a 1,3.
Es una ventaja que se está desperdiciando. González Acuña explicó durante su intervención en el I Encuentro Internacional de Innovación, Tecnología y Negocios (Intercom 2016), organizado por la Cámara de Comercio de Valencia, que el problema ha radicado en la negativa del Gobierno de permitir la inversión privada para la puesta en marcha de estos planes.
Se debe modificar el marco jurídico para que no sea el Ejecutivo el único autorizado para instalar sistemas de energías renovables. También hay que hacer un esquema de las energías renovables ante una crisis eléctrica nacional. Venezuela debe darle cabida formal a las energías alternativas. Además hay que hacer un esquema de actualización de tarifas con aumentos puntuales a la autogeneración como iniciativas de paneles solares en una casa; fomentar la cadena de suministros para evitar que ocurra lo que pasó en el parque eólico de Paraguaná, totalmente desincorporado del Sistema Eléctrico Nacional (SEN), donde no se tomó en cuenta a los proveedores de rodamientos, protecciones y equipos eléctricos.
La idea es ser prácticamente libres de combustibles fósiles, que las plantas termoeléctricas solo se usen para casos de emergencia que requieran una compensación de megavatios. “por ejemplo, si no hay sol ni viento y tenemos niveles bajos del Guri entonces hay que prender las turbinas a gas. Es algo que se puede usar como medida de respaldo, no como capacidad de generación firme”.
El Guri tiene potencia máxima de 10 mil megavatios, mientras que la capacidad eólica es la misma. “Entonces tendríamos dos grandes polos de generación. Uno en el sur y uno en el norte”.