Como es bien sabido, hasta hace nada, el orgasmo anal era un tema tabú y socialmente se consideraba poco menos que una perversión, al tiempo que esta condición clandestina hacía que su práctica tuviese una atracción especial.
Actualmente, las cosas han cambiado mucho, si bien algo queda de aquello, y como herencia de esa condena social hay un sinfín de dudas no resueltas en torno al sexo oral.
Como consecuencia de ello, el sexo oral sigue siendo una cuestión controvertida en muchos aspectos, por ejemplo en torno a la cuestión de que resulte o no placentero, y hasta qué punto, sobre todo en lo que respecta a parejas heterosexuales.
Una práctica placentera
El sexo anal no es fácil las primeras veces debido a la estrechez y la escasa flexibilidad del ano, pero puede llegar a serlo, y no resultar nada doloroso. Las claves esenciales para conseguirlo es estar relajado, una buena preparación previa y el uso de lubricante.
Vamos ahora con la pregunta del millón: ¿Existe el orgasmo anal? Algunos sexólogos entienden que el orgasmo propiamente dicho requiere la estimulación del clítoris, mientras otros afirman que sí, pues en esa zona hay más terminaciones nerviosas que en la vagina.
Aunque en un principio puedan existir sensaciones de temor y vergüenza, lo que dificulta estar relajado y disfrutarlo, cuando forma parte de la sexualidad normal de las parejas de un modo placentero es una zona de orgasmo.
En concreto, se la conoce como la cuarta zona de orgasmo, junto con los orgasmos que se logran mediante la estimulación del clítoris, la vagina y el cérvix uterino, el área fibromuscular inferior del útero que se encuentra en el fondo de la vagina. Por lo tanto, con la suficiente relajación física y mental, el sexo anal puede ser una increíble fuente de placer.
Fuente: Sexólogos.net