En julio de 2023, el ministro del Poder Popular para la Agricultura y Tierras, Wilmar Castro Soteldo, había anunciado proyecciones para la siembra y cosecha del café. El Ejecutivo Nacional esperaba que para este año en el país se produjeran 4 millones 77 mil 918 quintales.
El ministro Castro Soteldo dio a conocer la cifra durante su reporte al presidente Nicolás Maduro Moros el 17 de junio, sobre el II Encuentro Internacional de Café de Especialidad Venezolano 2023. En esa oportunidad, indicó que el promedio de consumo de esta infusión en Venezuela está entre 2 millones 500 mil a 2 millones 800 mil quintales de café al año, y el excedente de esta producción era exportada a mercados como EEUU, Rusia, Colombia, entre otros.
No obstante, aunque la Asociación Venezolana de la Industria de la Caficultura (Asicaf), ente que agrupa al 70% del mercado nacional, reporta que en 2023 ha habido crecimiento en la producción en comparación con la cosecha de 2022, las cifras están lejos de las proyecciones oficiales.
Al respecto, el economista Nelson Moreno, presidente de Asicaf, precisó que la cosecha 2022-2023 aumentó en 14% la producción con respecto a la 2021-2022, la cual pasó de de 1.100.000 quintales de café a 1.460.000 quintales, es decir, dos millones 617 mil quintales menos que la proyección oficial.
Moreno destacó que en el incremento en la producción influyeron varios factores, entre ellos, “la incorporación de siembras de variedades de café Robusta o como técnicamente se denomina Canephorade, altos rendimientos, menor exigencia de labores agrícolas, menos uso de plaguicidas”.
También indicó que en el incremento influyó que realizaron un proceso de recuperación de hectáreas viejas por nuevas plantaciones, aunque no se incrementó por ello la frontera agrícola del café.
“Se mantuvieron las 130 mil hectáreas a nivel nacional, pero junto con esta variedad de alto contenido de cafeína. También se renovaron otras plantaciones hasta de diez hectáreas con la variedad Arábiga de alto rendimiento con labores intensas de fertilización, limpieza, poda y atención agrícola. Estas plantas fueron sembradas entre 2017 y 2018 y comenzaron su producción comercial en la cosecha 2022-2023”, detalló.
Fedeagro: se requiere financiamiento y apoyo al caficultor
Celso Fantinel, presidente de la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios de Venezuela (Fedeagro), expresó que la producción actual de café está lejos de alcanzar las proyección oficiales y que, además, la más alta producción alcanzada en el país ocurrió en el año 2004 con un promedio que osciló entre el millón 800 mil y un millón 900 mil quintales al año.
Fantinel destacó que pocos productores de café, alrededor del 1%, logran alcanzar una producción de entre 20, 30 o 50 quintales por hectárea, contando con plantaciones nuevas o utilizando algunas técnicas novedosas para el cultivo.
Explicó que en la actualidad en el país hay hasta 120.000 hectáreas sembradas cuyo rendimiento no supera los ocho quintales, muchas de ellas en montañas que superan los 2.000 metros y otras plantaciones a menos de 2.000 metros de altura.
“Cuando hablamos de ocho quintales, quiere decir que quizás hay productores que puedan lograr 20 quintales, pero que también puedan lograr solo tres”, dijo.
El gremialista destacó que las dificultades de financiamiento, falta de fertilización y escaso apoyo al caficultor son factores que han influido en el deterioro de las hectáreas. “Se han venido abajo las matas de café, se han envejecido. Hay técnicas para recuperarlas, como una poda masiva, pero luego hay que hacerles tratamientos con fertilizantes y fungicidas, algo que no ocurre en la montaña, donde apenas algunos productores logran echar urea”, afirmó.
Manifestó que si en el país la producción fuera cercana a la proyección de 4 millones 77 mil 918 quintales, Venezuela podría figurar entre los primeros cinco o seis lugares de producción y exportación de café en el mundo.
El reto para 2024: superar la baja capacidad de compra
Nelson Moreno, presidente de Asicaf, apuntó que el problema actual no es la oferta de materia prima, sino un problema estructural macroeconómico. En ese sentido, detalló que actualmente hay una baja capacidad de compra por parte de la industria nacional.
Al respecto, expresó que el producto ahora permanece hasta 40 días en los anaqueles en comparación con un tiempo atrás en el que la rotación no superaba los 15 días y había mayor capacidad de pago a los cultivadores de café.
“Si se mejora la demanda global del café molido y servido, mejorarán los precios que paga el mercado interno. Aunque existe actualmente un caso en el mercado mundial de las exportaciones del rubro ya que el café ronda en la bolsa de futuros en New York entre 158 y 170 dólares las 10 libras. Es decir, un quintal de café de primera calidad colombiano o venezolano”, explicó.
Con respecto a las proyecciones, el vocero puntualizó que para el año cafetero 2023-2024, el cual terminará el 30 de septiembre del año próximo, se prevé estabilidad o un pequeño decrecimiento del 2% con respecto a 2022-2023.
El representante señaló también que hubo problemas de insumos y dificultades para colocar la cosecha en el cuarto trimestre de 2023 y que entre las proyecciones del sector hay que mencionar que “los ingresos de los caficultores no estarán disponibles en el cronograma de actividades agronómicas que se planifican cada año. Se carece de una estructura interna de mercado bursátil y es poco el crédito para cubrir compras para la atención de la finca”.
El Nacional