El sector de comercialización final, específicamente de productos de consumo masivo, alimentos, productos del hogar, limpieza y cuidado personal ha mostrado un importante dinamismo, lo que requirió realizar ajustes en sus operaciones y estrategias en un relativo corto tiempo.
Automercados, abastos, autoservicios, hipermercados, etc., han tenido que responder a oportunidades y a amenazas del entorno producto de una crisis y un efecto rebote más recientemente.
De igual manera han tenido que corregir progresivamente algunas debilidades y apelar a fortalezas para dar respuesta a competidores nuevos -bodegones- que han pisado fuerte y solapado con su oferta, parte del terreno de los primeros.
Por su parte, aguas arriba, las marcas y proveedores de estas superficies de comercialización final han tenido que enfrentar ajustes importantes producto de ciertos cambios en patrones de consumo de los hogares, entre otros, explicados fundamentalmente por la depauperación del poder de compra de la moneda así como de sueldos y salarios.
Aún así el año 2022, según cifras reveladas el viernes 06 de enero de 2023 por ANSA -Asociación Nacional de Supermercados y Autoservicios- apuntan a una recuperación en unidades comercializadas alrededor del 7% durante todo el año pasado.
Con anterioridad ANSA había ido informando que, producto del proceso de desabastecimiento e hiperinflación vivido a lo largo del periodo 2013-2018, aunado a las dificultades que suponía la aplicación de controles de precios e impactados luego por la crisis sanitaria que supuso el COVID-19, se habría producido en el sector:
– La incursión de nuevos oferentes enfocados en el segmento de baja disponibilidad de pago, para luego reducir su presencia inicial.
– La retirada, luego de la incursión fallida del Estado vía expropiación, del manejo de establecimientos de comercialización final. Dichos espacios comerciales en manos públicas, progresivamente, irían siendo sustituidos o tomados por oferentes privados.
– Las cadenas tradicionales entraron en nuevos mercados locales por medio de la apertura o adquisición de espacios utilizados por otras marcas o empresarios en retirada del mercado venezolano, como algunos que operan en Valencia que arribaron al mercado capitalino.
7 claves para entender el mercado
De las declaraciones recientemente ofrecidas por ANSA destaca una serie de hechos o apreciaciones que para la Asociación resultan notables en su mercado, a saber:
1.- Crecimiento de 7% en unidades durante el año 2022 (comparado con el año 2021).
2.- Los bodegones fueron una opción que llenaron un vacío que había en el mercado, pero los supermercados lograron encontrar esos productos y los ofrecieron en sus anaqueles con mejores precios.
3.- Durante el más reciente período de hiperinflación (noviembre de 2017 -enero de 2022), un proceso de cambió en los hábitos de consumo obligó a las empresas a mejorar sus ofertas.
4.- El consumidor de supermercados “es exigente” con la calidad de los productos y analiza, “saca cuentas” con base en su presupuesto.
5.- El consumidor venezolano tenía la costumbre de comprar la marca de su preferencia.
6.- Los clientes están dispuestos a probar otras propuestas más económicas. A la hora de comprar pesa más el precio que la marca.
7.- El consumidor quiere comprar todo en un solo lugar, al mejor precio y rápido.
Lo informado por ANSA producto de su percepción o análisis del mercado, efectivamente constituyen temas empíricos con un subyacente económico importante y de interés que podrían responder a ciertas hipótesis, sujetas a contraste, que asomaremos a continuación.
En primer lugar, destaca la significativa expansión en las unidades comercializadas (7%). Sin embargo, no se revelaron las magnitudes monetarias, por lo que simplemente si resultan comparables interanualmente dichas estadísticas y unidades podría asomarse una recuperación del volumen de consumo en términos reales, físicamente medida en unidades vendidas.
Este fenómeno podría encontrar distintas causas y explicaciones. Una de la causas, por el lado de la demanda, podría responder a una recuperación en el poder de compra de algunos consumidores e incluso simplemente una normalización en el uso y demanda de éstos espacios comerciales producto de la paulatina “normalización” pospandemia.
Otra explicación, en este caso por el lado de la oferta, podría responder igualmente a una normalización de las operaciones pospandemia, aunada al impacto positivo de la dolarizacion transaccional la cual ha facilitado las operaciones comerciales y la oferta de productos en el mercado venezolano.
Otro elemento no excluyente de los anteriores, que pudiera potenciar o disminuir parcialmemte los efectos positivos anteriormente descritos -que exigiría contraste empírico- es si se produjo un cambio en la dinámica competitiva del sector. ¿Aumentó la competencia o no con incidencia en las ofertas de valor hacia los consumidores?.
Según las declaraciones de ANSA, que analizaremos más adelante, hubo dinamización en el sector lo que puede sumar indicios a esta tesis.
EFE