Medidas económicas de centro derecha, esa es la dirección que con mayor probabilidad tomará el presidente Nicolás Maduro en su llamado «sacudón» económico y de la estructura de gobierno. Así lo explica el politólogo Nícmer Evans, quien además descarta que las mismas vayan ser algo «absolutamente sorprendente» o constituyan un «golpe de timón» importante para el régimen.
El pasado martes 15 de julio, Maduro postergó por un mes los anuncios vinculados al llamado «sacudón», lo que ha generado dudas respecto a si habrá o no cambios, cuáles serán y cómo afectarán a la población.
Para Evans, el retraso en el anuncio de las medidas está asociado a la coyuntura política del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) que este 26 de julio realizará su III Congreso Nacional, el primero desde el fallecimiento de su fundador el ex presidente Hugo Chávez.
«Cada momento en que se van a tomar decisiones económicas ha coincidido con momentos políticos que obstaculizan las medidas», afirma Evans para quien el Congreso es uno de estos casos.
El politólogo afirma que «la tendencia es tomar medidas de centro y hacia la centro derecha» destinadas a satisfacer a los sectores de la economía que buscan un re-direccionamiento del modelo propuesto por Chávez.
«Si hay algunas medidas que generen dudas sobre la orientación política de la economía de gobierno, en relación con lo que fue el gobierno del presidente Chávez, eso podría afectar al Congreso del partido», explicó Evans, quien prevé que los anuncios en esta materia se realicen una vez termine el encuentro del partido.
Asimismo, indicó que los dirigente del PSUV estarán atentos a la participación que se registre en la elección de delegados este domingo para así determinar la cohesión del grupo. El histórico de votantes del partido es de tres millones de los 7.500.000 que según Evans están inscritos para sufragar.
Áreas neurálgicas
Desde la unificación cambiaria, hasta el aumento de la gasolina, diversos medios de comunicación se han hecho eco de cuáles pueden ser las medidas específicas que Maduro decida aplicar.
Evans, quien defiende la toma de medidas más de izquierda y ha publicado vía Twitter recomendaciones como mantener el control cambiario con dólares preferenciales para medicinas y alimentos y el relanzamiento de una política de precios justo, afirma que, sin importar tendencias, se deben reformar ciertas «áreas neurálgicas».
A su juicio estas áreas son: el aspecto cambiario; las políticas sociales y los subsidios del estado; los elementos de ajuste macroeconómico como el aumento de la gasolina, de las tarifas eléctricas y en el área de las telecomunicaciones; la relación entre divisas y el sector petrolero -la monoproducción versus la diversificación de la economía- y por último la relación entre el sector público y el privado, y el rol de la economía comunal.
«Nuestra economía tiene la capacidad de soportar cualquier medida si la medida está bien hecha. El problema aquí no es un problema de las medidas. Yo te aseguro, siendo aquí una persona absolutamente inclinada a pensar que las medidas tienen que ser más de izquierda, el problema no es que sean de derecha, de centro o de izquierda sino que se hagan bien», afirmó.
Pese a lo dicho por Evans, algunas voces en el PSUV se han pronunciado con respecto a la necesidad de mantener ciertas políticas económicas tal y como están para evitar riesgos. Aristóbulo Istúriz, gobernador de Anzoátegui, dijo el pasado lunes que el control cambiario es una decisión política ya que de ser eliminado la fuga de divisas tumbaría al Ejecutivo.
Evans calificó de «pertinente» el comentario de Istúriz y consideró que la fuga de capitales que ya existe «sería abominable si no hubiese control». También destacó que el problema no son las regulaciones cambiarias sino quien las aplica y la corrupción que se ha registrado.
Pero para el politólogo el verdadero problema viene asociado a la capacidad de los sectores populares para tolerar las políticas. «Nuestra economía rentista tiene capacidad para muchas cosas. El problema es la capacidad que haya en los sectores populares de tolerar políticas que puedan afectar, aún más de lo que ya está afectado, el ingreso familiar y la satisfacción de las necesidades de la población. Allí es donde se pone en riesgo cualquier tipo de medida», concluyó.
EL UNIVERSAL
