Existe desde 2013 un código que rige su conducta
Cuatro aspectos: moral, social, laboral y seguridad son tocados en el reglamento, frente a las alarmantes cifras de accidentes viales desde 1999
Acerca de la formación o educación vial de los motorizados se han tocado varios aspectos en nuestro país. Sobre todo con el código de ética, diseñado por la Asociación de Motorizados de Aragua (Ascimotar) en 2013, en donde se plasman cuatro parámetros fundamentales enmarcados en la moral, social, laboral y seguridad que fomentan, a su vez, la integración y armonía de estos usuarios con el resto de la comunidad.
Este mismo ordenamiento, que pretende encaminar la conducta de los motorizados −en el mayor de los casos inapropiada−, va desde lo interno sin excluir a los conductores de automóviles, e incluso de los peatones; porque todos juegan el mismo papel dentro de la vía pública.
De acuerdo con el presidente de Ascimotar, Iván Navarro, el ministro de Interior, Justicia y Paz, Miguel Rodríguez Torres, aplaudió la creación de este código deontológico y, al menos en la ciudad de Caracas, se dieron las condiciones para orientar a los usuarios de motocicletas desde las instituciones del Estado.
Sin embargo, las cifras alarmantes que arrojó un estudio llevado a cabo por la Asociación Venezolana Para La Prevención de Accidentes y Enfermedades (Avepae) y el Centro de Investigación en Educación y Seguridad Vial (Ciesvial), revelan que la norma no ha incidido sobre la actitud hostil y audaz de quienes van frente al manubrio. Así que desde el 2012 hasta mayo de este año, unos 3 mil 200 motorizados han muerto en accidentes viales en Venezuela, y adicionalmente 7 mil cayeron sobre el pavimento desde 1999 a 2012.
En este sentido, los especialistas en el tema: Darwin Figuera de Ciesvial y Kenett Agar de Avepae, son claros e insistentes al declarar que la carencia en formación vial, el no y mal uso del casco, la priorización de los vehículos en lugar del peatón, más la deficiencia en la formación de autoridades de tránsito, contribuyen al aumento de las cifras.
Por tanto, mientras no haya seriedad en el asunto, de parte (Gobierno) y parte (usuarios) seguirán los giros indebidos, circulación en contravía y por aceras, destrozos de los espejos retrovisores en carros y, más grave aún, los delitos de robo, hurto, asesinatos y secuestro sobre dos ruedas.
Fuente: El Periodiquito