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Estudiantes se rebelan frente a las últimas medidas del Gobierno

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Estudiantes se rebelan frente a las últimas medidas del Gobierno

Como un efecto en cadena, a las protestas en Táchira y Caracas se sumó ayer la de Maracaibo. La manifestación comenzó a las 9.00 de la mañana; al menos 40 jóvenes tomaron una unidad de transporte público de la ruta Circunvalación 2 para trancar el acceso vial a la Universidad Rafael Belloso Chacín.

 

Las razones de las protestas no están dirigidas a un cambio de Gobierno, “peleamos por la forma en la que estamos viviendo en Venezuela”, afirma Carmen Castañeda, universitaria quien no acudió a sus exámenes finales en la Urbe “porque de nada vale graduarme en un país que no tiene futuro”.

 

“Estamos en la calle de nuevo porque no aceptamos los castigos que impone el régimen a los venezolanos. ¿Cómo es posible que en mi casa antes pagábamos 100 bolívares de recibo eléctrico y ahora nos quieran cobrar 450 bolívares? Estafan al pueblo y ellos despilfarran los recursos”, critica Jordan Fernández, estudiante de la Urbe.

 

También están en contra de la implementación del sistema biométrico en los automercados. Américo Araujo, cursante del cuarto semestre de Medicina en la Universidad del Zulia, cree “descabellado” decir que en Venezuela existe democracia. “Así como hoy nos dicen qué comer y cuánto comer, mañana nos dirán qué vestir o qué estudiar. Es comunismo y lo rechazo”.

 

Lacrimógena vs. molotov

 

A las 11.00 de la mañana, el sonido de los motores daba la señal de alerta a los manifestantes: “Llegó la Policía”, gritaron desde las ventanas de los edificios de Villa Delicias a los estudiantes que en la carretera conversaban con los medios de comunicación.

 

La caravana del Cuerpo de Policía Bolivariana del Estado Zulia (CPBEZ) era encabezada por los funcionarios de la brigada motorizada; detrás, dos patrullas y el autobús de la Dirección de Control de Reuniones Públicas y Manifestaciones, mejor conocida como grupo antimotines. No hubo una palabra entre los efectivos y los protestantes, fue perdigón contra piedra, gas lacrimógeno contra molotov.

 

Así comenzó el enfrentamiento que se prolongó por más de seis horas. La Verdad logró ingresar al conjunto residencial para conocer el testimonio de los habitantes del lugar. Con el rostro blanco y una botella de vinagre en la mano para mitigar los efectos del gas, la señora Gladys Romero se mostró indignada por el comportamiento de la Policía.

 

“Ellos llegaron incluso a destruir el portón de nuestros edificios, violando la propiedad privada. Todo era plomo limpio para los estudiantes que estaban tranquilos en la calle”, expresó la ama de casa.

 

Por Sugey Díaz 

LA VERDAD.COM

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