Escolares y universitarios chilenos se unieron para realizar la primera protesta nacional, el 8 de mayo, disconformes con la política del gobierno de la presidenta, Michelle Bachelet, en ese sector y para pedir una «verdadera» educación integral, anunciaron los dirigentes.
«Queremos construir un nuevo proyecto educativo que pueda abordar muchísimos temas, queremos abordar una verdadera reforma educacional de manera integral», aseguró este lunes Melissa Sepúlveda, presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile. Sepúlveda aseguró a los periodistas que los universitarios, disconformes con la política del Ejecutivo en materia educativa, decidieron unirse a los estudiantes de enseñanza media para marchar esa fecha porque quieren elaborar una nueva propuesta educativa, alternativa a la del gobierno.
«La idea es tener la mirada lo más amplia posible de todos los niveles de la educación que creemos que tiene que abordar una verdadera reforma educacional de manera integral», agregó. La iniciativa de los estudiantes busca incluir a los profesores, a los padres y apoderados, representantes de las universidades privadas y centros de formación técnica e institutos profesionales. Sepúlveda enfatizó que los estudiantes universitarios y secundarios desean la educación como un derecho social «y no como un bien de consumo».
En tanto, los representantes de la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES) afirmaron: «Hasta ahora no tenemos nada», pese a las reuniones que los estudiantes han sostenido con el ministro de Educación de Chile, Nicolás Eyzaguirre. La vocera de la ACES, Lorenza Soto, crítica con la reforma educacional encabezada por Eyzaguirre, afirmó que la reforma del Ejecutivo no ataca los problemas principales de la educación.
El 10 de abril, después de reunirse con el titular de Educación, la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech), que aglutina a las universidades tradicionales de ese país, advirtió que no existía un diseño claro de como se va a implementar la reforma para acabar con el lucro en la educación superior prometida por la presidenta Bachelet, en el poder desde el 11 de marzo.
Los estudiantes llevan tres años protestando en las calles de Chile para reclamar avances hacia una educación pública, gratuita y de calidad y por un cambio en los criterios para asignar becas y créditos a bajo interés, fundamentales para que muchos estudiantes pudieran costear sus estudios, sin grandes progresos en esa lucha.
En un intento por acabar con las multitudinarias marchas, la socialista Bachelet, que también ostentó el cargo de presidenta de Chile entre 2006 y 2010, dijo durante su campaña para el actual mandato que su primer proyecto sería poner fin al lucro y avanzar hacia la gratuidad en la educación. «Vamos a avanzar en gratuidad, entendiendo que la educación es un derecho y no un negocio. Gratuidad, universalidad, el fin al lucro y calidad», dijo entonces Bachelet.
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