La dieta occidental es rica en carbohidratos simples altamente procesados. El pan blanco, el arroz blanco y la pasta son alimentos que siempre se encuentran en los hogares y las cocinas de restaurantes. El problema es que estos carbohidratos actúan como gasolina barata. Nos llenan, nos dan energía pero no contienen fibra ni otros nutrientes que son esenciales para un sistema digestivo saludable.
Incluso cuando se trata de comidas procesadas que son “altas en fibra”, ésta fibra proviene de fuentes relativamente uniformes. Muchos “granos enteros” en comidas procesados, son de hecho altamente procesados, por lo que tienen más carbohidratos refinados de los que se supone que reemplazan.
En un artículo reciente del New York Times, escritor sobre comida, habló con el microbiólogo Justin Sonnenburg acerca de las tendencias reductivas de la dieta occidental y su influencia en los microbios benéficos que habitan en nuestro tracto digestivo:
“La fibra no es un nutriente. Hay cientos de nutrientes de diferentes polisacáridos en las plantas, y los diferentes microbios gustan de distintos polisacáridos. ”
Para mejorar la dieta lo mejor es explorar la diversidad de granos enteros y fibra proveniente de las plantas.
En tu dieta y la de tu familia:
Intenta reducir el consumo de pasta y cuando la comas, agrégale granos enteros.
Aprende a hornear con harina de trigo entero o de otros granos.
Intenta no comer muchos alimentos procesados aunque éstos indiquen que son “altos en fibra”.
Fuente: http://www.mamanatural.com.mx