Erróneamente algunos confunden a las personas arrogantes con los que tienen una alta autoestima, y a la gente tranquila (de perfil bajo) con aquellos que tienen una baja autoestima. En general, las personas que más confían en sí mismas, (en sus valores y capacidad de logro y superación), son tranquilas, siguen adelante con sus vidas, hacen lo que quieren y se divierten.
En el libro Creating Confidence Rex Johnson y David Swindley definen la autoestima como un sentimiento que refleja cuan bien se siente uno consigo mismo. Como el oxígeno o la electricidad, no se puede ver, oír, saborear ni oler, pero te das cuenta cuando no está allí.
Una autoestima menoscabada puede ser la causante de baja motivación, pobres niveles de energía, … y una mala relación con la gente. Nada bueno surge de ella.
De acuerdo a los psicoterapeutas Rex Johnson y David Swindley, muchos de los que ven afectada su autoestima buscan ocultar esta experiencia, en forma consciente o inconsciente.
Según estos investigadores, cuando nos sentimos amenazados en nuestra autoestima nos podemos ubicar en alguno de los siguientes diez patrones de comportamiento (como estrategias defensivas):
1.Quien disfruta criticando, juzgando y menospreciando a la gente, especialmente a quienes considera más exitosos que él, a veces como una manera de justificarse. No logra dar una sugerencia constructiva, o proponer una acción positiva. En el fondo, sus esfuerzos están dirigidos a proyectar en el otro y en el mundo, la opinión que se ha formado de sí mismo.
2. Quien pone un montón de energía para evitar llamar la atención, trata de pasar lo más desapercibido posible, pues está convencido de que no es digno de dicha atención. No es capaz de aceptar un cumplido porque durante muchos años alimentó una auto imagen de alguien inadecuado, no merecedor de aprecio.
3. Quien no puede evitar quejarse, y suele sentir placer al hacerlo, y aprovecha toda oportunidad que encuentra para practicar esta especialidad. No importa lo que la vida le traiga, siempre es capaz de encontrar la falta, focalizarse en ella y quejarse sin cesar.
4.Quien se daña mediante hábitos adictivos, trastornos de la alimentación, o fobias, (anorexia, bulimia, tabaquismo, alcoholismo, …).
5.Quien tiene miedo de exponer sus verdaderos sentimientos porque no puede enfrentar un posible rechazo. Nunca pide ayuda y también evita quejarse o reclamar incluso cuando tenga todos los motivos válidos para hacerlo.
6. Quien sigue a la manada para conseguir ser aceptado en ciertos círculos o grupos. No confía en que puede seguir su propio camino y a la vez ser apreciado. Deja de mostrarse tal cual es, y se mimetiza con el grupo para experimentar aprecio y valía.
7. Quien no puede dejar de hablar para mostrarse, necesita figurar, y este comportamiento se presenta de dos formas. La primera es motivada por el temor a no ser visto, o escuchado, por la preocupación a no tener la oportunidad de decir algo, aunque lo que quiera decir no aporte nada, lo importante es hablar (y no aquello de lo que habla), porque de esta manera siente que existe, como una forma de compensar una auto imagen de existencia de poca magnitud. La segunda es la típica fanfarronada, que suele tener poca consideración por la verdad, con jactancias omnipoderosas y promesas grandiosas, que producen la autogratificación momentánea que le da presumir.
8. Quien siempre está buscando chivos expiatorios. Si algo sale mal, culpa a alguien más. Siempre encuentra allí afuera a quien asignarle la responsabilidad de sus errores, problemas, fracasos. A veces como una forma de compensar un sentimiento de culpabilidad, que lo lleva a tener que demostrar en forma sobrecargada su inocencia, sin percibir que al hacerlo se llena de impotencia.
9. Quien lo sabe todo. Suele experimentar cierta aversión al error propio y tiene su autoestima asociada a demostrar que tiene la respuesta correcta, con las serias dificultades de aprendizaje y sociales que esto genera.
10. Quien siente envidia por los logros ajenos. Sin darse cuenta, interpreta (destructivamente) el logro ajeno como una demostración de su incapacidad, y eso le duele, y se siente mal si otro consigue algo que él mismo desea, y por eso no puede expresar con franqueza frases como: “¡Te felicito! ¡Bien hecho! ¡Me alegro por ti!”
Fuente: SelfManagement