Estados Unidos emite alerta de cólera en Cuba

Estados Unidos emite alerta de cólera en Cuba

La misión diplomática de Estados Unidos en La Habana ha emitido una alerta de cólera, provocando nuevas acusaciones de que La Habana está callando un brote de la enfermedad potencialmente mortal para evitar daños a la industria turística, de $2,500 millones al año.

 

El Departamento de Salud de la Florida mientras tanto dijo el miércoles que no ha recibido ningún informe de cólera importado de la isla, a pesar de que decenas de miles de cubanos americanos visitaron el país durante el período de vacaciones de este verano.

 

El gobierno de Cuba no ha dicho casi nada en público sobre los recientes casos de cólera, una enfermedad que provoca diarreas intensas, deshidratación y hasta la muerte. Los medios de comunicación controlados por el Estado se refieren únicamente a “enfermedades diarreicas agudas”.

 

“Por supuesto que nadie quiere decir que tienen brotes, porque los brotes causan una disminución del turismo”, dijo Sherri Porcelain, profesora titular de Salud Pública Global en Asuntos Internacionales de la Universidad de Miami, que ha estado siguiendo el brote de cólera en Cuba.

 

Pero La Habana tendrá dificultades para evitar toda la publicidad negativa este mes. Además del alerta de Estados Unidos, hay informes sobre cinco casos de personas infectadas que viajaron desde Cuba a Venezuela, Chile e Italia, y un reporte emitido por la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

 

La declaración de la Sección de Intereses de EEUU en La Habana instó a los ciudadanos estadounidenses que viven o visitan Cuba a seguir las recomendaciones de salud pública, tales como el lavado frecuente de manos y el cuidado especial con los alimentos y el agua que se consuman.

 

“Los medios de comunicación han indicado que los casos de cólera han sido identificados en la ciudad de La Habana, posiblemente relacionados con un brote de cólera en la zona oriental de Cuba”, dijo el comunicado con fecha del martes y publicado en la página digital de la misión el miércoles.

 

La declaración no dio más detalles sobre los casos, aunque periodistas independientes de la isla han estado reportando decenas de casos en el último año y especialmente este verano, cuando las altas temperaturas y las lluvias parecen haber ayudado a difundir la enfermedad.

 

La OPS, el brazo regional de la Organización Mundial de la Salud, informó que Venezuela confirmó el 9 de agosto dos casos de cólera entre los viajeros que llegaban de Cuba, y que Italia informó de uno más, un hombre que llegó de La Habana el 13 de julio.

 

Chile informó de otros dos llegados de Cuba con cólera, agregó la OPS. El aeropuerto de Santiago declaró después un estado de “vigilancia epidemiológica” en la llegada de cubanos, según informes de prensa. Y Canadá emitió una advertencia a los viajeros que se dirigen a Cuba.

 

El informe de la OPS señaló también que se detectaron 51 casos en La Habana a principios de este año, “relacionados con la manipulación de los alimentos”, y que otros 47 se registraron en las provincias orientales de Camagüey, Guantánamo y Santiago de Cuba a raíz del Huracán Sandy.

 

El gobierno de Cuba no ha comentado públicamente sobre esos dos focos, aunque periodistas independientes informaron sobre ellos, así como otros en Matanzas, Jovellanos, Cárdenas, Sierra de Cubitas, Cabaiguán, Jagüey Grande y otros lugares.

 

El cólera puede ser tratado con hidratación y antibióticos, pero puede propagarse tan rápidamente y ser tan mortal que está en una lista mundial de enfermedades de notificación obligatoria, que también incluye la peste bubónica, el tifus y la fiebre amarilla.

 

Se cree que la enfermedad fue llevada a Cuba por el personal médico que trabajó en Haití, donde el cólera ha matado a más de 8,200 personas desde el 2010. La Habana ha confirmado sólo tres muertes en Cuba, todas durante el brote inicial en las ciudades orientales de Bayamo y Manzanillo. Los disidentes pusieron esas muertes en más de 15.

 

El informe de la OPS señaló que el gobierno cubano “mantiene una activa y estricta vigilancia clínico-epidemiológica de las Enfermedades Diarreicas Agudas”. No hizo mención del rechazo casi total de La Habana a comentar públicamente y en forma detallada sobre los casos de cólera.

 

“La falta de transparencia que viene de Cuba es realmente molesto”, dijo Porcelain. “El intercambio de información en el momento oportuno es esencial para la prevención… sin embargo, no publican ninguna información, ninguna información en absoluto”.

 

“El gobierno de Cuba no ha sido particularmente transparente sobre el cólera en curso en la isla”, añadió una nota publicada en ProMED, un sitio digital iniciado por la Federación de Científicos Estadounidenses para difundir información sobre brotes de enfermedades infecciosas.

 

El silencio oficial de La Habana en el cólera y la fiebre del dengue ha hecho aún más raro que dos cubanos —uno de ellos un médico del gobierno y el otro un reportero de un periódico estatal— se hubieran atrevido recientemente a quejarse del secretismo.

 

El Dr. Luis Suárez Rosas, profesor de la Escuela Nacional de Medicina, escribió un artículo titulado “El silencio epidemiológico y la ética de la salud pública cubana” y lo publicó en la última edición de la Revista Cubana de Salud Pública.

 

Usando el dengue como un ejemplo y sin mencionar el cólera, Suárez Rosas sostuvo que el secreto tiende a ocultar los riesgos y la gravedad de la enfermedad transmitida por mosquitos, y no ayuda a los pacientes a entender su enfermedad.

 

“La existencia o no de una serie de casos de una enfermedad es uno de los aspectos y cuestiones de la salud pública susceptibles de una… consideración ética específica que requieren información transparente, responsable y veraz”, escribió. “Muchas veces esto se convierte en una cuestión de vida o muerte”.

 

Mariurka Martínez Alemán, una reportero del periódico Invasor, de la provincia de Ciego de Avila, fue un poco menos directa en su informe del 5 de agosto sobre el cierre repentino de Playa de Bolivia, en la costa norte de la provincia.

 

En el momento en que las autoridades anunciaron que la playa se cerró a causa de “una situación epidemiológica de alto riesgo”, escribió Martínez, algunos turistas ya habían llegado con suministros para largas estancias y los rumores habían comenzado a volar.

 

“Quizá si se hubiera tomado la alternativa de convocar a los vacacionistas para una reunión en la plaza principal, no se hubieran creado tantas tergiversaciones. Bastaba con escuchar que se habían detectado 18 casos de cólera en la Playa de Bolivia, que le habían hecho pruebas al agua del mar y que habían dado positivas”.

 

Fuente http://www.elnuevoherald.com/

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