Miras tu reloj y son las 11:11. Por alguna razón sientes la necesidad de compartirlo con tus amigos y así es como todos empiezan a pedir deseos. ¿Por qué hacemos eso? Pareciera ser un fenómeno tan misterioso como el porqué nos golpeamos cuando pasa un coche amarillo.
¿Por qué pensamos que esa hora es más mágica y especial que las demás? Incluso aunque no creas en esas tradiciones, no puedes evitar pensar «qué coincidencia» cuando revisas tu teléfono y justo son las 11:11. Existen dos vertientes para explicar este fenómeno:
El lado de la numerología
Aunque se desconoce con exactitud el origen de pedir un deseo cuando el reloj marca las 11:11, el consenso entre los expertos del misticismo es que esta práctica salió de la numerología. De acuerdo con este sistema de creencias, los números repetidos tienen un gran poder y nos transmiten mensajes importantes. Por ello, si un número se presenta ante ti con frecuencia (individual o repetido), debes prestarle atención.
El sitio especializado en estrología, Astrostyle explicó que el 11:11 o 1:11 es un símbolo mágico. En el tarot, la primera carta es El Mago, por lo que este número se interpreta como un llamado a un nuevo despertar espiritual. También es como una palmadita en la espalda que te da el universo para decirte que vas en la dirección correcta.
Doreen Virtue es terapeuta especializada en ángeles, y en su trabajo afirma que estos seres se comunican con nosotros a través de los números. En su libro Angel Numbers 101, la autora detalla que una secuencia de números 1 simboliza un instante perfecto para poner tus pensamientos en acción. Por ello es importante que lo que desees esté en sincronía con tus objetivos.
El lado de la ciencia
Es posible que esta tradición de pedir deseos a las 11:11 provenga de quienes creen en la numerología y se quedó con nosotros como una costumbre, aunque seamos escépticos. Para los psicólogos, afirmar que una hora específica del día en verdad tiene poderes que van más allá de nuestra imaginación es un ejemplo de sesgo de confirmación.
El Dr. Shahram Heshmat definió en Psychology Today el sesgo de confirmación como un acto en el cual un individuo se aferra a pensar que algo es real, sólo porque confirma sus creencias. Puede que la idea en el fondo sea verdadera o falsa, eso no importa. En este sesgo, la persona se niega a investigar más allá por miedo a no tener razón.
A lo largo del día, alguien revisa su reloj cientos de veces, pero si coincide y son las 11:11, él o ella lo interpretará como una señal porque eso es lo que quiere creer. Como las demás horas no significan nada especial, pasan desapercibidas y no se les da importancia.
Básicamente, la ciencia sostiene que las 11:11 no representan nada más único que las 2:15 o las 21:35.
Todo está en la mente.
Estés en el lado de la numerología o de la ciencia, tal vez las 11:11 sean un buen pretexto para reconsiderar en qué situación te encuentras y a dónde quieres dirigirte. Aunque claro, eso lo puedes hacer en cualquier momento del día. Pero eso sí, no olvides hacerlo con la información pertinente, que tomar buenas decisiones no debe dejarse a la suerte.
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