El nutricionista Pablo Hernández, manifestó este miércoles que los venezolanos han sufrido un cambio en el patrón de alimentación de una manera drástica.
Explicó que la pandemia del Covid-19 y el confinamiento se sumó a otros problemas que ya padecían los ciudadanos para acceder a los alimentos, debido a que las personas no pueden desplazarse a buscar precios más económicos, además la escasez de gasolina dificulta el traslado de alimentos desde centros de cultivo a las ciudades.
El integrante del Observatorio Venezolano de Salud (OVS), destacó que el consumo de las proteínas, que son muy necesarias para el sistema inmune, ha bajado de una manera preocupante. «Y no solo eso, también el calcio, minerales como el hierro y el zinc e incluso los mismos vegetales y frutas que aportan la tan requerida vitamina C que igual nos ayuda con la inmunidad», dijo en una entrevista ofrecida a Unión Radio.
En ese sentido, Hernández explica que el patrón de alimentación del venezolano ha cambiado abruptamente en los últimos cinco años.
«Normalmente esas varianzas se dan en un periodo de entre 10 y 15 años en sociedades con cierta normalidad, pero en Venezuela este cambio ha sido muy rápido», explicó.
Con respecto al abastecimiento de alimentos, señaló que la capital del país está más beneficiada que el resto del territorio nacional.
«Caracas como capital está relativamente mejor que el interior pero, incluso en esos estados, hay diferencias entre los que viven en las capitales y en las zonas que no son el ámbito urbano», dijo Hernández.
En cuanto al acceso a alimentos, la directora de la Fundación Bengoa, Maritza Landaeta, señaló que en el país hay dos tipos de familias.
«Hay un porcentaje pequeño de la población que puede tener acceso a todos los alimentos y hay un grupo intermedio que haciendo serios sacrificios dedica todo lo que produce para consumir alimentos», manifestó la especialista en planificación alimentaria.
Mientras que hay un grupo que enfrenta los mayores déficits, «es ese porcentaje de la población que realmente no puede acceder a los alimentos porque no tiene ingresos suficientes», lamentó.
Destacó que el tema de la pobreza está ligado al problema de la alimentación, por lo que considera que «mientras no resolvamos la pobreza es muy difícil que la familia pueda lograr una alimentación adaptada a las necesidades».
A su juicio, los venezolanos de escasos recursos «hacen milagros» con lo que reciben porque «depende básicamente de los productos que ofrece el CLAP y que cada vez son más restringidos y de menor calidad».
Respecto al bajo consumo de proteínas como huevos, lácteos o carne, la nutricionista advirtió que las personas pueden padecer anemia, puesto que no tienen requerimientos necesarios, lo que a su vez genera un gran índice de desnutrición, tanto en niños como en adultos. Lo que trae como consecuencia una situación de inseguridad alimentaria y alto deterioro nutricional.
Fuente: Banca y Negocio
Por: Maria Laura Espinoza
Twitter: @i_am_LauEz14
