Las neveras y congeladores de supermercados de Valencia lucen vacíos. La ausencia de carne, pollo y pernil es evidente. Caras de sorpresas abundan ante la situación de escasez de estos rubros que no pueden faltar en la mesa del venezolano. Chuletas de cerdo, jamón y queso son algunos de los alimentos que ocupan los frigoríficos.
Doris Manzanares lamentó que el venezolano tenga ahora que ingeniárselas para encontrar los alimentos y en ocasiones, cuando tiene suerte, comprarlos a un alto precio. Tras visitar varios recintos, observó que el pollo y la carne, cuando se encuentran, resultan más caros en las carnicerías.
Otros valencianos como Lorent Selin prefieren sustituir algunos alimentos en la cena navideña debido a la escasez de pernil y de carne para el asado. Considera el pavo como una opción que, aunque es más sana, su precio está por las nubes. En un solo comercio al norte de Valencia el precio del pernil estaba en 313 bolívares el kilo.