Entrenar al aire libre es una de las ventajas del verano, pero es importante no perder de vista los termómetros en pos de nuestra salud. Y es que correr con altas temperaturas deja de ser seguro cuando el calor y la humedad sobrepasan una determinada línea.
Aborta tu entrenamiento al aire libre si la temperatura o la humedad son demasiado altas. Juntas o por separado, ambas situaciones pueden hacer que la frecuencia cardíaca se dispare. Esto aumenta el riesgo de sufrir efectos secundarios peligrosos.
¿Cómo sabremos que no es seguro salir a hacer ejercicio al aire libre? Muy sencillo, sólo tienes que consultar el tiempo de tu zona. El cardio y las altas temperaturas dejan de ser buenos compañeros de viaje cuando se superan los 32 grados centígrados o el 70 por ciento de humedad.
Para que tu corazón no sufra más de lo necesario, traslada tus entrenamientos a las horas más frescas del día (las primeras horas de la mañana). O apuesta por correr bajo techo en la cinta de casa o del gimnasio, donde el aire acondicionado creará un ambiente más cómodo tanto para tu corazón como para tus músculos.
Beber agua y parar a descansar de vez en cuando son otras precauciones que hay que tomar cuando se entrena en verano. Lleva siempre una botella de agua contigo y no te olvides de que los tramos de recuperación son parte fundamental de una rutina de ejercicios saludable.
Nutridieta.com