Ya sea para ahorrar o para consumir cantidades menores a las que trae el producto por defecto, cortar las pastillas a la mitad es una práctica muy común en las personas. Sin embargo, existe un gran riesgo detrás de esa costumbre.
Científicos de la Universidad de Gante, en Bélgica, aseguran que fragmentar pastillas puede traer ‘consecuencias clínicas graves’ ya que la diferencia entre una dosis terapéutica y una tóxica es mínima.
El estudio, que fue publicado en Journal of Advanced Nursing, dice que esta ‘práctica generalizada’ que los pacientes utilizan no es tan útil ya que los fragmentos ‘a menudo no son iguales en tamaño’ y se puede desperdiciar ‘una cantidad sustancial’.
Ante esto, los especialistas solicitan a los fabricantes farmacéuticos que creen una mayor variedad de dosis y formulaciones líquidas para que esta práctica se vuelva cada vez más innecesaria.
Fuente: Filo